A 56 días del accidente donde murió una paciente, el ascensor principal del Hospital Universitario de Maracaibo sigue inactivo. Solo está en funcionamiento uno de los nueve elevadores del centro asistencial más grande de la ciudad.
Quienes visitan a diario o con regularidad el centro de salud mantienen vivo en su memoria el incidente que ocurrió el pasado 24 de octubre, en el que murió la paciente Yedra López, de 27 años.
“Aparentemente, el accidente fue por una fluctuación eléctrica. Aquí no se desplomó ningún ascensor, ni hubo fallas en los frenos”, fue la versión del director Mervin Urbina, al día siguiente.
Sin embargo, son muchos los usuarios que aseguran que se trató de un desprendimiento de la cabina, debido al escaso mantenimiento que se le presta a los elevadores.
“Ese ascensor sigue sin funcionar. Dicen que porque la PTJ (el Cicpc) no termina las averiguaciones sobre lo que allí pasó”, contó a La Verdad un empleado de limpieza.
Esta justificación la compartió el taxista Bartolo Medina, paciente de diálisis. “Esta semana estuvieron unos funcionarios del Cicpc revisando el ascensor y se llevaron varias piezas”.
Ocho pisos por la escalera
A la falta de funcionamiento del principal elevador se suma la inoperatividad de los otros dos ascensores del área de adultos, que habían quedado en uso después del suceso.
Es decir uno de los tres grandes y uno de los tres pequeños, del total de siete. “Porque el de carga, hace mucho tiempo que no se usa, así como el del personal y los otros dos de la entrada”, indicó un trabajador de mantenimiento.
Sin embargo, “el que nos lleva hasta el sexto piso, para seguir hasta los últimos pisos en escalera, ya tiene un mes parado”, comentó una enfermera que trabaja en la novena y última planta.
En una inspección que realizó La Verdad se constató que solo se encuentra en funcionamiento en todo el Hospital Universitario uno de los dos ascensores del área de pediatría, que asciende hasta el sexto piso.
Por ello, se mantiene abarrotado, ya que todos los pacientes, incluso los operados, el personal y los visitantes lo utilizan. Sobre todo quienes se trasladan hasta las tres últimas plantas, 7, 8, y 9 del área de adultos.
“Y este ascensor de pediatría algunos días o algunas horas tampoco presta servicio”, aseguró una doctora que labora en el octavo piso que relató que “me ha tocado subir los ocho pisos por las escaleras. Es que un solo ascensor para este monstruo que es el hospital es calamidad”, contó.
Todo cuesta arriba
Unos de los usuarios más afectados son los enfermos renales que acuden tres veces a la semana a la Unidad de Diálisis del centro asistencial, ubicada en el noveno nivel.
Algunos de ellos son de la tercera edad, otros presentan patologías que les dificultan el uso de escaleras y también hay quienes se trasladan en sillas de ruedas, que corren el riesgo de caerse y de, incluso, perder la vida.
Una de ellas es Elizabeth Miranda, de 79 años, quien afirma que si no fuera por sus hijos no pudiera dializarse. “¿Hasta cuándo nos van a tener sin ascensor?”, se preguntó.
Yanet y Eduin Miranda utilizan toda su fuerza para subir y bajar a su progenitora en la silla de ruedas los martes, jueves y sábados en la tarde desde el sexto hasta el noveno piso para recibir tratamiento de hemodiálisis que le permite seguir viva a pesar de la insuficiencia renal crónica.
“Y cuando no funciona ninguno de los ascensores nos tocan los nueve pisos por las escaleras”, recalcó Yanet. “Esto que estamos viviendo aquí es una tragedia, porque no es posible que a los pacientes operados, en el quinto piso o en la emergencia, también los tengan que subir los familiares por las escaleras”, denunció una paciente del noveno piso.
La Verdad