La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), en su exhortación de la CXIII Asamblea Ordinaria Plenaria, denunció «la situación de crisis que golpea al país y que, lejos superarse, se agrava»
La exhortación, con contundentes mensajes, fue leída, al mediodía de este viernes 10 de enero, por monseñor Luis Enrique Rojas, obispo auxiliar de Mérida; monseñor Castor Oswaldo Azuaje, obispo de Trujillo, y monseñor Jesús Alfonso Guerrero, obispo de Barinas.
Plantearon que «quienes se dedican a la política tanto en el Gobierno como en la oposición han de prestar atención a los clamores de la gente, fijarse en sus necesidades, no en los acomodos que aseguran sus privilegios e intereses particulares».
«Para los que hoy están al frente del Gobierno, lo que cuenta no es el bien común sino el interés desmedido de riquezas y poder hegemónico, capaz de resquebrajar todo intento de vivir en auténtica democracia», aseveraron.
«Los últimos acontecimientos de atropello a la AN nos llevan a reafirmar lo que expresamos el 12 de julio de 2019. Ante la realidad de un gobierno ilegítimo y fallido, Venezuela clama a gritos un cambio de rumbo (…) Exigimos a los miembros de la Fuerza Armada guiarse por la sana conciencia de su deber, sin servir a parcialidades políticas, respetando la dignidad y los derechos de toda la población».
«Ante la declaración de normalidad que las autoridades y medios de comunicación del gobierno proclaman y difunden, denunciamos su falsedad y cinismo», leyeron los prelados.
Para la Iglesia venezolana, «es inaceptable que un país con inmensas riquezas haya sido empobrecido por la imposición de un sistema ideológico que, lejos de promover el auténtica bienestar, ha vuelto la espalda a sus ciudadanos».
El Episcopado deja saber que reconocen los esfuerzos realizados desde diversas instancias internacionales para atender la situación de Venezuela.
«Seguimos apostando al diálogo sincero y las negociaciones que reúnan las condiciones de respeto a los derechos fundamentales del pueblo venezolano (…) «Creemos que el apoyo internacional debe orientarse a exigir al actual Gobierno venezolano la realización de elecciones libres y confiables, además de una ayuda solidaria y humanitaria para solventar la situación de emergencia de la mayoría de los venezolanos»
«Dirigimos esta carta fraterna a todas las Iglesias hermanas de América y del mundo, a los hombres y mujeres de buena voluntad y a todos los hermanos de Venezuela que viven y luchan dentro del país»
Recordaron que «Venezuela siempre se ha distinguido por ser un país de acogida a migrantes. Los animamos a ustedes (migrantes venezolanos) que están viviendo en tierra extranjera, a que se incorporen e integren a estas nuevas culturas. Lamentamos las actuaciones negativas de algunos venezolanos, así como su rechazo en diversos pueblos hermanos. Rogamos a las naciones que los reciben, prestarles los cuidados y atenciones que les permitan vivir con dignidad».
«A las Iglesias hermanas de América y del mundo les hacemos llegar nuestra gratitud por la acogida, atención y acompañamiento a tantos venezolanos llegados a sus naciones»
«Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin de los tiempos» (Mt. 28, 20) es la cita bíblica que acompaña la carta de los obispos de Venezuela.
«Como pastores, somos pueblo con ustedes y por eso compartimos sus alegrías, esperanzas, angustias y dificultades (…) Queremos consolar a los afligidos, proteger a los débiles y apoyar la edificación de una sociedad justa, libre y fraterna», dice el mensaje del Episcopado venezolano.
«Reafirmamos que el pueblo, con sus diversas expresiones de vida social y cultural, es el auténtico sujeto y protagonista del cambio requerido en Venezuela», dijeron.
Los prelados reiteraron su vocación de pastores y servidores de todos. «Nos hacemos eco de los clamores de libertad, justicia y sana convivencia que brotan de los corazones de quienes sufrimos en esta hermosa tierra de gracia»
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