Finalmente, Ernesto Valverde fue destituido, en un remate que estaba escrito pero al que el barceloniso asistía como quien visiona por vez primera la película «Titanic» con la esperanza de que el transatlántico esquive el iceberg. A Josep Maria Bartomeu no le tembló la mano y acabó ejecutando a su entrenador, algo que no pasaba en el Camp Nou desde 2003, cuando Joan Gaspart fulminó a Louis van Gaal.
La salida de Valverde estaba cantada y se gestó antes incluso de que el Barcelona perdiera ante el Atlético de Madrid en la Supercopa. La imagen mostrada ante el Real Madrid (0-0) y en Cornellá (1-1) fueron la sentencia de un entrenador que ya estaba muy tocado desde que su equipo fuera eliminado dolorosamente de la Champions League en Roma (2018) y en Liverpool (2019). Solo el apoyo del vestuario le mantuvo en el puesto. Incluso los pesos pesados lograron que Bartomeu le renovara una temporada más cuando ya tenía pie y medio en la calle tras la derrota en la final de Copa.
El Barcelona había pergeñado un plan B por si se producía un nuevo descalabro en la Supercopa. Perdió el Barcelona aunque su imagen no salió maltrecha. Al contrario, Valverde había disputado los mejores 80 minutos de la temporada. Pero no fue suficiente ante las voces discordante que pedían un cambio de rumbo, de estilo y de sinergias. Oscar Grau y Eric Abidal se marcharon a Doha para tratar de convencer a Xavi Hernández de que asumiera las riendas del equipo de forma inmediata. Descubiertos, trataron de disimular torpemente el encuentro publicando en las redes sociales una foto con Dembélé, que realiza en la capital qatarí su rehabilitación. El Al-Sadd reconoció las conversaciones y Valverde quedó debilitado y desautorizado. Tocado de muerte a pesar de la respuesta de Xavi, reacio a recalar en el banquillo culé a mitad de temporada como si fuera un parche.
«Las formas del Barça y cómo se está haciendo todo es un poco feo. Yo creo que ese respeto hacia el entrenador que tienes, siempre debe de existir. Al final, son las formas lo que más puede doler. La situación del míster queda muy debilitada», denunciaba Andrés Iniesta en una argumentación que, a tenor de lo expresado en las redes sociales, pensaba el 99 por ciento del barcelonismo. Personalidades de la historia culé se sumaban a las críticas del manchego. «Valverde no se merece estoy me sabe muy mal», lamentaba Pep Guardiola, mientras que Luis Enrique apuntaba: «Empatizo con Ernesto porque me cae de maravilla. Está haciendo un muy buen trabajo y está en disposición de seguir ganando títulos. Es uno de los mejores entrenadores españoles».
Pero la decisión estaba tomada. Maratoniana jornada la de este lunes en la que empezó pronto para Valverde que, inusulamente, llegaba casi tres horas antes del entrenamiento a la Ciudad Deportiva. Mientras dirigía su última sesión llegó Josep Maria Bartomeu. Ambos se reunieron durante poco más de una hora para darle explicaciones de los últimos movimientos realizados desde la planta noble del club. En el encuentro, el presidente le confirmó que su futuro se trataría en la reunión ordinaria de la Junta que se celebraría acto seguido en las oficinas del club catalán, donde le esperaban el resto de directivos. Muy molestos algunos con la gestión llevada a cabo por la entidad y enfados otros por tener que enterarse de lo que sucede en su club a través de los medios de comunicación.
Setién, el sustituto
Sigue el Barcelona sin tener claro quién será mañana el entrenador que dirija la sesión preparatoria de la plantilla. Tras comunicarle a Ernesto Valverde su destitución se está produciendo un encendido debate entre los directivos, aprovechando la reunión ordinaria programada para hoy. Tras el informe presentado por Eric Abidal, varios son los candidatos ocupar el banquillo azulgrana. Quique Setién es en estos momentos el que partiría en la pole position para suceder a Valverde. De hecho, el agente del entrenador habría llegado a primera hora de la tarde a la Ciudad Condal. Un amplio sector de la Junta se decanta por García Pimienta, entrenador del filial y que sería una opción interina hasta final de temporada. Los nombres de Mauricio Pochettino y Allegri también están sobre la mesa pero con mucho menor protagonismo.
Las divergencias están ahora en las condiciones que puede imponer cada uno de los seleccionados. En un principio, el Barcelona pretende un entrenador que acepte estar hasta el 30 de junio, momento en el que se trataría de presentar a Xavi Hernández, con el que y se ha negociado este fin de semana. El excentrocampista descartó llegar ahora. Habrá que ver su Setién acepta solamente medio año o supedita su llegada a un año más opcional en función de los resultados. En cualquier caso, sobre las nueve de la noche está previsto que el Barcelona dé conocer un comunicado con todas las decisiones y que mañana Bartomeu atienda a la prensa.
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