El gobierno de Irán le manifestó a la Organización de Naciones Unidas que se reserva su derecho a responder «el ataque» de Estados Unidos, contra el general Qassem Soleimani.
Previamente, Teherán prometió vengarse de Washington, luego de la caída de la segunda figura más prominente en Irán después del líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei.