José Altuve volvió a un juego de Grandes Ligas después del escándalo de robo de señas de Astros de Houston y de los incontables rumores y las acusaciones sobre el supuesto uso de buzzers en el pecho para anticipar tipos de envíos. Lo hizo en un juego primaveral en Lakeland, Florida, hogar de Tigres de Detroit.
Primero se ponchó, luego pegó un doble impulsor de carrera y por último recibió un pelotazo de Nick Ramírez, en el quinto inning. Debido a comentarios agresivos de peloteros de Grandes Ligas, que han manifestado repudio por la trampa de Astros, la opinión pública ya advertía bolazos contra el venezolano, Alex Bregman, Carlos Correa, George Springer y Yuli Gurriel.
A pesar del pelotazo, Altuve fue político en las declaraciones después del juego.
“Estábamos centrados en jugar beisbol”, le dijo a MLB.com. “Sabemos que necesitamos salir al campo y prepararnos para la próxima temporada, y ahí es donde están nuestros pensamientos en este momento”.
Altuve compartió espacios con Miguel Cabrera, estrella de Detroit, quien temprano se expresó sobre el escándalo de Astros y las acusaciones que caen sobre el camarero de la organización que, además de ser su compatriota, es su amigo. Miggy afirmó que le cree al segunda base cuando le dice que no usó buzzers durante la Serie de Campeonato de la Liga Americana.
“Miguel me ha ayudado toda mi carrera”, comentó. “Cuando hablamos siente que es entre nosotros. Hablamos casi todos los días, y si te digo lo que hablamos podríamos pasar toda la noche aquí”.
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