Mientras las áreas más afectadas de Asia seguían luchando contra una epidemia viral que dejó cientos de nuevos casos en Corea del Sur y China el jueves, la preocupación sobre la infección y su contención se extendió por todo el mundo.
Por primera vez, el coronavirus dejó más contagios fuera de China, el epicentro del brote, que dentro del país. Con la primera confirmación de un caso en Brasil el miércoles, el primero en Latinoamérica, el nuevo virus ha llegado a todos los continentes salvo Antártida.
Estados Unidos, con 60 casos, no se libró del temor que sacude Asia, Europa y Oriente Medio. Su presidente, Donald Trump, declaró que el país estaba “muy muy preparado” para cualquier amenaza que suponga el virus y nombró al vicepresidente, Mike Pence, como supervisor de la respuesta al brote.
A medida que la epidemia se expande por todo el mundo, las preocupaciones por el COVID-19, la enfermedad generada por el virus, se multiplicaron.
“El aumento repentino de casos en Italia, la República Islámica de Irán y la República de Corea es sumamente preocupante”, dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Aunque el virus llegó tanto a países ricos como pobres, su presencia en lugares con poca capacidad para detectarlo, responder a él y contenerlo planteó temores por su avance descontrolado allí y las facilidades para que llegue a otros puntos.
Las grandes aglomeraciones se han visto con cautela: las escuelas cerraron, las iglesias trasladaron sus servicios a internet, las empresas de reparto de comida despuntaron y se anularon eventos deportivos. Los Juegos Olímpicos comienzan el 24 de julio en Tokio, y el vocero del gobierno de Japón aclaró que los preparativos seguían a delante y la cita olímpica se celebraría según lo previsto.
Corea del Sur reportó 505 casos más el jueves para un total de 1.766. La mayoría de los contagios se concentran en la cuarta ciudad más grande del país, Daegu. El gobierno ha movilizado recursos de salud pública para asistir al rebasado sistema médico de la región.
Seúl y Washington retrasaron sus maniobras militares conjuntas anuales por el brote, que ha infectado a 22 soldados surcoreanos y a uno estadounidense, puso a muchos en cuarentena y cerró instalaciones en bases. Corea del Sur ya había suspendido algunos ejercicios de campo y el ejército de Estados Unidos pidió a su personal que evite dar la mano y las grandes aglomeraciones en la medida de lo posible.
Pero hay indicios de que el virus se está extendiendo más por el territorio surcoreano, con 55 casos hasta el momento en la capital, Seúl, y otros 58 en Busan, la segunda ciudad en importancia. El país también confirmó el jueves su 13er fallecimiento, la mayoría de ellos dentro o cerca de Daegu.
China reportó 433 casos nuevos y 29 muertes en su territorio continental. La cifra eleva el total nacional a 78.497 infecciones y 2.744 muertes.
De los nuevos casos, 383 fueron en Wuhan, donde se detectó el virus por primera vez en diciembre, así como 19 de los últimos decesos.
Corea del Sur se unió a China al expresar su desacuerdo con las restricciones de viaje impuestas por otros países.
Unos 40 países y regiones han prohibido el ingreso de visitantes surcoreanos o restringido sus movimientos, según Lee Lee Tae-ho, el segundo viceministro de Asuntos Exteriores de Seúl, quien consideró que estas medidas son excesivas y señaló que su gobierno ha estado utilizando de forma eficaz sus “capacidades de cuarentena, las mejores del mundo”.
Dentro del país han aumentado los llamados para que Corea del Sur incremente sus propias restricciones de ingreso de extranjeros, que ahora solo afectan a quienes llegan de la provincia china de Hubei, cuya capital es Wuhan.
China decretó una cuarentena sobre Wuhan y varias ciudades próximas, muchas aerolíneas redujeron sus vuelos a China y muchos lugares ampliaron los controles a los pasajeros llegados de China, lo que redujo sus viajes por todo el mundo. De acuerdo con Lee, la entrada de chinos a Corea del Sur se redujo más del 80%.
En Europa, se considera que un creciente foco en el norte de Italia, donde hay 447 casos confirmados y 12 muertos, es la fuente de otros contagios en todo el continente. En Oriente Medio, la culpa recae directamente sobre Irán, que el jueves reportó 141 contagios y 22 fallecidos, el número de víctimas mortales más alto fuera de China.
Por otra parte Arabia Saudí anunció el jueves que prohibirá la entrada de turistas procedentes de países con casos confirmados a La Meca y a la mezquita del profeta Mahoma, en Medina, los dos lugares sagrados más importantes del islam.
AP