Las empresas niponas, a falta de conocer cifras precisas, se están resintiendo del impacto económico derivado del brote de coronavirus, tanto por el cierre de fábricas en China como por la interrupción en la cadena de suministros.
Grupos importantes del sector automotor de Japón ya han anunciado el aplazamiento de la reapertura de sus fábricas tras las festividades del Año Nuevo en China, mientras está cayendo el turismo chino hacia Japón.
Toyota anunció que aplaza una vez más la reanudación de las operaciones de sus doce plantas en China (cuatro ensambladoras y ocho fábricas de componentes industriales), y se tomará una semana desde el lunes para adoptar una decisión.
Esas plantas estaban cerradas por las festividades del Año Nuevo Chino, pero a finales de enero Toyota ya dijo que aplazaba su reapertura y que el 10 de febrero revisaría la situación, aunque hoy ya avisó que se da una semana más de plazo.
El problema no es sólo por las dificultades que pueden tener las plantas en determinados lugares de China, sino de qué forma se puede garantizar el suministro de componentes, teniendo en cuenta los obstáculos que afronta la cadena de suministros.
El director de operaciones del grupo nipón, Masayoshi Shirayanagi, señaló el jueves que la firma está evaluando la situación de los inventarios ante la posibilidad de producirlos en otros lugares con el fin de garantizar la cadena de suministros.
Toyota, la firma con la mayor capitalización bursátil de Japón y que se disputa con el grupo Volkswagen el primer lugar entre los fabricantes de automóviles, está teniendo problemas parecidos a los ya anotados por otras firmas niponas del sector.
Una portavoz de Nissan, el segundo mayor fabricante japonés de la industria automotriz, dijo hoy a Efe que la firma está considerando reiniciar sus operaciones en China después del 10 de febrero y, a partir del día 14, la producción en la provincia de Hubei, incluyendo Wuhan, el epicentro del brote de coronavirus.
Ello, agregó, cumpliendo con las directivas del Gobierno y teniendo en cuenta la situación de la epidemia y la de sus suministradores.
«Estamos revisando estrechamente la situación del coronavirus y el bienestar de todos nuestros empleados en Wuhan y en China», agregó la portavoz.
Honda, que en 2019 anotó una producción récord de automóviles en China, ha adoptado medidas similares al aplazar hasta finales de febrero la reapertura de las operaciones de su fábrica en Wuhan, donde genera la mitad de su producción en ese país.
Al margen de las pérdidas en las grandes corporaciones, se prevé un importante impacto en el turismo hacia Japón, teniendo en cuenta que China es el primer país en el número de visitantes que llegan a tierras niponas.
Aunque se desconocen datos oficiales sobre este enero, cálculos extraoficiales indican que puede haberse registrado una caída del turismo próxima al 40 %.
Ya desde finales de enero la principal aerolínea japonesa, ANA, anunció la cancelación de sus vuelos a Wuhan, aunque mantenía las rutas a otras ciudades chinas.
Ante todo ello, el primer ministro nipón, Shinzo Abe, anunció hoy que la semana próxima se van a «tomar medidas» para reducir el impacto económico por el brote de coronavirus, al margen de las precauciones de salud, y entre las propuestas que se han filtrado figura la posibilidad de asistencia financiera a las pymes.
AFP