Llegó el día que ninguno de nosotros quería que llegara, el día de la confirmación de los primeros casos de Coronavirus en Venezuela, un virus que hasta el momento ha generado casi cinco mil muertes en todo el mundo, más de 131 mil casos de contagio en 117 países o territorios del mundo.
117 países afectados, pero que si los comparamos con una sola nación como Venezuela, descubriríamos que el nivel de afectación que ha provocado este virus en todo el mundo, es ínfimamente menor al deterioro que ha provocado en Venezuela la plaga de Nicolás Maduro y el chavismo .
Veamos, la fuerza letal del Virus Nicolás es mucho mayor y se propaga con mayor potencia y rapidez que el COVID19; incide en la población sin hacer distinción de edad, ni niveles; ataca a todos por igual, salvo al círculo corrupto y privilegiados del régimen, aunque se ha determinado su preferencia por acabar con los niños y los adultos mayores. A diferencia del COVID 19, no requiere del contacto físico para ser contagiado y si para el virus foráneo se recomienda lavarse bien las manos, en el caso venezolano, los agentes propagadores del Virus Nicolás son los expertos, pero en lavarse las manos y sacudirse de cualquier responsabilidad en la crisis que ellos mismo han provocado.
20 años sufriendo las consecuencias de esta plaga llamada chavismo y que según los últimos datos de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), ha generado la migración de más de 4.5 millones de venezolanos, cifra que se proyecta para el 2023, que pueda ascender, según el FMI a 10 millones de personas en tan solo tres años.
Un mal que, de acuerdo al Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas, ha provocado que más de 2 millones de venezolanos sufran inseguridad alimentaria severa. Con un consumo proteico tan bajo que ha derivado en que 21,2% de los habitantes de Venezuela se encuentre subalimentado.
Hablamos de un virus tan voraz que ha generado que 59% de los hogares venezolanos no cuenten con ingresos suficientes para comprar comida, afectando a 2,8 millones de personas que necesitan asistencia sanitaria, incluidos 1,1 millones de niños menores de 5 años; a 7 millones que necesitan asistencia humanitaria, lo cual representa al 25% de la población y a unos 4,3 millones de venezolanos que necesitan asistencia en materia de agua y saneamiento.
Es una lista interminable de males y daño provocada por el Virus Nicolás, que para colmo de males, se empeña en negar y evadir su responsabilidad con mentiras y manipulaciones, adjudicándole a las sanciones implementadas por Estados Unidos la culpa del estado de deterioro y abandono en el cual han dejado a los centros hospitalarios del país, cuando ya todos sabemos la verdad.
De allí que no nos podemos confiar de un mentiroso compulsivo, porque además estamos claros que lo que menos le interesa a Nicolás Maduro es la salud de los ciudadanos, si no le ha interesado en 20 años, menos le va a interesar en estos últimos días, todo lo que hace, lo hace para perpetuarse en el poder.
Por eso sus últimas medidas, por eso la prohibición de concentraciones públicas, una decisión que obedece más al miedo a la libertad y al cambio que al COVID19.
Maduro sabe que el descontento y los deseos de libertad están allí, vivos, en el corazón de cada venezolano dentro y fuera del país, y que no habrá virus, ni excusas, ni prohibiciones, ni cárcel, tortura o censura que lo frene. Es allí precisamente donde está la cura al Virus Nicolás, está en cada venezolano que reclama por su situación, por los servicios, por la comida, por la libertad y por el retorno de la democracia.
El Coronavirus es una realidad que ya llegó al país con las peores condiciones para contrarrestarlo, mientras los venezolanos no les quedará otra opción que tomar sus propias previsiones y encomendarse a Dios, porque sabemos que ni Delcy, ni Maduro harán nada para salvarlos.
Lester Toledo / @LesterToledo