En 1926 se estrenó una pegajosa canción que con su letra desafiaba a la conservadora sociedad de aquel tiempo y por eso fue muy criticada. Pero años después, su picardía la convirtió en una de las preferidas y se cantó, como un gran éxito, en todo tipo de espectáculo.
La canción menciona a una joven (la chica del 17) que asombra por lo bien vestida que siempre va y la fortuna que aparenta sin tener trabajo conocido. La letra insinúa que la joven se dedica al oficio más antiguo y dice “donde se mete/la chica del diecisiete / de donde saca / pa tanto como destaca”, lo que ya era un atrevimiento, y luego añade la respuesta de la chica a las venenosas comadres que la critican “la que quiera coger peces que se acuerde del refrán”. El refrán era harto conocido como “el que quiera coger peces se debe mojar el c…”. Todo un escándalo de canción.
Hasta aquí poco más que comentar sino fuese por la relación de la chica del 17 con Nicolás. Veamos.
Como muchos conocen, la producción de petróleo en Venezuela pasó de 3 millones 400 mil barriles por día en 2002, a 800 mil en 2020. Pero la tragedia no paró allí. Los800 mil barriles, casi en su totalidad, los están produciendo empresas mixtas donde la participación de PDVSA es el 60%, es decir el 40% de la producción se lo llevan los socios o sea 320 mil barriles. De lo que queda, PDVSA le debe entregar “a los chinos” 150 mil barriles diarios como pago de los préstamos que se hicieron hace años.
Pero allí tampoco para la cosa. PDVSA envía 80 mil barriles a las refinerías en Falcón para producir unos pocos barriles de gasolina y además le sigue enviando unos 50 mil barriles a sus amigos en las islas del Mar Caribe que se lo pagan como los gitanos, tarde, mal y nunca.
Al final lo que le queda a PDVSA para realmente vender al mercado internacional son 200 mil barriles diarios, pero (siempre tiene que haber peros) con ese dinero debe inmediatamente comprar y pagar por adelantado 100 mil barriles diarios de gasolina que cuestan casi lo mismo.
En resumen, PDVSA no produce ni un dólar para usarlo y comprar en el exterior las otras cosas necesarias.
Pero algo sucede y, aunque las cuentas no dan cobres verdes, se importa comida para las cajas Clap, se traen camionetas último modelo para repartir, se alegran las fiestas con bonos navideños y regalos de lujo, se hacen viajes con paradas en restaurantes de renombre, se compran armas y pertrechos y muchas cosas más. Ni siquiera hay reservas en el Banco Central y, de allí, viene la conexión de la canción con Nicolás ¿de dónde saca pa tanto como destaca?
Las remesas en divisas que recibe la gente se usan casi exclusivamente para pagar comida y servicios y no llegan al fisco vía impuestos, así que Nicolás ¿de dónde sacas los dólares? Dicen algunos que debe ser por el asunto minero pues las explotaciones de oro, diamantes, coltán, uranio y bolitas de adivinar es inmensa, pero en realidad no es así y, al final, solo son cantidades esporádicas.
Así que la respuesta a la pregunta “¿de dónde saca pa tanto como destaca?” tiene el similar misterio que el de la chica del 17 y solo podríamos pensar en algo que muchos suponen y a nadie le gusta hablar. Mantenerse en el poder a cualquier precio y usando cualquier método es el ejemplo funesto que este régimen está mostrando a los ciudadanos, sin darse cuenta que los autoriza a hacer lo mismo en su contra. Un Himno a la estupidez.
Cuando este régimen termine por voluntad de los ciudadanos ya cansados de vivir en la miseria, Venezuela se deberá enfrentar a una situación económica desastrosa y solo tendrá a disposición medios lícitos para su recuperación. La ayuda internacional será necesaria y el empuje de empresarios e inversionistas se volverá protagónico. La industria del petróleo tardará entre siete y ocho años en volver a tener una producción de 3 millones y lograr un país con una economía estable nos llevará años el alcanzarlo.
De cualquier forma, la recuperación comenzará el mismo día en que Nicolás y su régimen terminen. La alegría colectiva logrará un impulso y entusiasmo de tal magnitud que notaremos los primeros cambios enseguida. Quizás el primer gran beneficio será el de poner fin a la vergüenza de estar cogiendo los peces podridos en el mundo de la oscuridad.
Eugenio Montoro / montoroe@yahoo.es