La Unión Europea condenó el jueves la decisión “unilateral” del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de restringir los viajes desde Europa a Estados Unidos debido al nuevo coronavirus, y afirmó que la enfermedad no respeta las fronteras.
Trump ha descrito la enfermedad como un “virus extranjero” y ha afirmado que los focos de infección en su país fueron “originados” por viajeros europeos. El miércoles Trump anunció que se prohibirían todos los viajes desde Europa, aunque personal de la Agencia de Seguridad Nacional aclararon después que las restricciones se aplicarían en concreto a la mayoría de ciudadanos extranjeros que hubieran pasado por la zona europea de libre circulación de personas en los 14 días previos a su llegada a Estados Unidos.
“La Unión Europea desaprueba el hecho de que la decisión de Estados Unidos de imponer una prohibición a los viajes se tomó de forma unilateral y sin consultas”, indicaron en un comunicado conjunto el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
“El coronavirus es una crisis global, no limitada a ningún continente y requiere cooperación, en lugar de acciones unilaterales”, afirmaron.
También rechazaron las insinuaciones de Trump de que Europa no está haciendo suficiente para combatir el brote, afirmando que el bloque de 27 naciones “está tomando medidas firmes para limitar la expansión del virus”.
La llamada zona Schengen incluye 26 países, incluyendo miembros de la Unión Europea como Francia, Italia, Alemania o Grecia, así como otros países como Suiza, Noruega e Islandia.
Las restricciones no afectan a Gran Bretaña, donde se han confirmado 460 casos, ni a Irlanda, que no forma parte de Schengen.
Unos 400 vuelos diarios cruzan el Atlántico de Europa a Estados Unidos, según el rastreador de vuelos FlightAware.
La medida sin precedentes se suma a otras tomadas por Trump desde que asumió el cargo y que parecen ir dirigidas contra la UE, un importante socio comercial y con varios miembros que también son aliados de Estados Unidos en la OTAN.
Trump ha impuesto aranceles a las importaciones europeas de aluminio y acero y amenazado con medidas más amplias, especialmente contra las automotrices europeas. También abandonó un acuerdo internacional contra el cambio climático auspiciado por Francia, así como el acuerdo impulsado por la UE para limitar el desarrollo nuclear iraní.
Pero Trump también es un aliado del primer ministro británico, Boris Johnson, y respaldó la salida británica de la UE. El mandatario posee tres complejos turísticos de golf en Gran Bretaña e Irlanda.
Cuando se le preguntó qué medidas inmediatas podría tomar la UE como respuesta, el portavoz de la comisión Eric Mamer dijo que la UE “no tiene la costumbre de improvisar”.
“Las buenas medidas requieren reflexión”, dijo Mamer.
En toda Europa se han detectado más de 17.000 casos de COVID-19, la enfermedad que provoca el virus, según las últimas cifras del Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades. Más de 700 personas han muerto a causa del brote en el continente.
Para la mayoría de la gente, el nuevo coronavirus causa solo síntomas leves o moderados como fiebre y tos. Pero algunos, especialmente ancianos y personas con problemas médicos previos, pueden sufrir complicaciones más graves como la neumonía. La inmensa mayoría de la gente se recupera.
Ya hay casos del virus en los 27 países del bloque, y las autoridades han prometido mantenerse unidos. Se esperaba que se adoptara una estrategia común en respuesta al anuncio de Trump.
Von der Leyen anunció esta semana la creación de un fondo de inversiones específico con 7.500 millones de euros que según dijo produciría miles de millones de dólares más. El fondo pretendía respaldar las infraestructuras sanitarias, a los pequeños negocios golpeados por el brote y mercados laborales donde el virus pueda afectar a los empleos.
Conforme se propaga el virus, más países europeos imponen medidas drásticas. Después de que Italia blindara el país, Dinamarca ordenó el cierre de todos los centros educativos y guarderías en el país a partir del lunes. Todos los funcionarios que no realizaran tareas críticas recibieron orden de quedarse en casa dos semanas.
AP