Luego de varios e intensos meses donde el panorama político tendía a la confusión, estrategia normal en la guerra, es posible actualizar esta serie de artículos que desde hace 5 años he venido analizando, con respecto a los escenarios de enfrentamiento entre los intereses de occidente y las potencias del eje Beijing-Moscú y de sus satélites.
El conflicto de Siria que se ha vuelto un ejemplo de la transformación de la guerra moderna y de cómo la teoría del choque de civilizaciones se materializa en lo político, al tiempo que la reconfiguración del medio oriente presagia el colapso de la teocracia Iraní, las nuevas relaciones políticas y de comercio amistosas entre los vecinos árabes e israelíes, y el fracaso de la pretensión neo imperialista de los turcos en el norte de África, mar egeo, y el norte sirio con lo que pretendían capitalizar sus posición de estado central dentro del mundo islámico. Esto último de las razones más importantes para alejarlos, a los turcos, de la Unión Europea.
El desgaste político-económico-militar del régimen iraní tratando de sostener a un debilitado Bashar Al Assad en Siria, su títere político, sumado a los golpes militares sufridos en Irak tras la muerte de Qasem Soleimani (hecho que transformó el panorama político de medio oriente) que ponen fin a la política expansionista de los ayatolás y comprometen a sus ejércitos proxy en todo el mundo, además de la reciente aparición del sars-cov-2 (coronavirus o peste china) que ha terminado de reducir a figuras importantes de su liderazgo político interno y finalmente las sanciones económicas al país persa que ahora también se debate entre precios históricamente bajos del petróleo indican un inevitable colapso del sistema político imperante en este momento.
Quedará de la aparición de un buen liderazgo opositor que termine de capitalizar el que, en mi opinión, es el escenario más favorable que se ha visto en años para cambiar el sistema del país persa. La oposición iraní debe montarse y aprovechar la ola de transformación que se asoma en el medio oriente.
Porsupuesto la posición comprometida de los iraníes afecta a las fuerzas Quds emplazadas en Sudamérica, cuyo bastión principal está en Venezuela, tras la caída de Evo Morales en Bolivia y la pérdida de los campos de cocaína del Chapare.
La relación Irán-Venezuela tiende a ser fortalecida aun más en este panorama global adverso donde ambos regímenes coinciden en el interés vital de sobrevivir a un enemigo común. La guerra contra el terror que en los años de Obama les había permitido a los iraníes tomar posiciones estratégicas importantes a nivel global en conjunto con el régimen venezolano y, con apoyo económico político y táctico del eje Moscú-Beijing a nivel global; hoy se advierte en franca derrota en todos los frentes exceptuando el de Yemen por el momento.
La política de Trump con respecto a los iraníes y venezolanos va tomando fuerza a medida que las sanciones económicas hacen mella en los debilitados regímenes revolucionarios.
Con respecto a Venezuela, solo la debilidad política ideológica de la “oposición” al régimen chavista explica el fracaso, hasta ahora, de una estrategia global contra el terrorismo y sus patrocinadores antioccidentales.
No ha habido líder político con mayor apoyo del mundo occidental, especialmente los EEUU, que Juan Guaidó quien sin embargo, insiste en una política errática contraria incluso a los lineamientos e intereses norteamericanos. Un factor determinante en este punto es precisamente el tercermundismo como ideología imperante en la civilización latinoamericana con lo que viene también a ser expuesta nuevamente la certeza de la teoría del choque de civilizaciones.
La “oposición” venezolana insiste en presentar una estrategia que conlleve a un quiebre interno de los factores de poder que sostienen al chavismo en el poder, por ello en su esquema de trabajo plantean la posibilidad de que las fuerzas armadas depongan al tirano y le entreguen el poder a Guaidó. Para la “oposición” liderada por Guaidó una intervención militar de los EEUU sería inaceptable y es por ello que sus voceros, entre ellos Ramos Allup, han torpedeado en cada escenario posible esa opción.
Trump en este sentido, comenzó el año 2020 pidiendo cuentas a los actores políticos involucrados en el caso Venezuela, y se evidencia que se ha puesto al frente de la situación planteando una estrategia de desgaste hacia el régimen chavista que por la velocidad de las acciones y circunstancias pudiese llegar a su fin en el primer trimestre del año 2021.
Tomando en cuenta criterios e economía y eficacia, Trump se plantea una estrategia de conflicto gradualista donde las sanciones económicas y políticas irán apretando al chavismo y obligándolos a tomar acciones cada vez más desesperadas para obtener fondos, especialmente las operaciones de narcotráfico con lo cual irá montando el expediente necesario para justificar políticamente una eventual operación militar en el país sudamericano.
Mientras Cuba mantenga tropas en el país es poco probable que las FANB lleven a cabo una operación militar exitosa contra Maduro.
El factor ideológico imperante en los líderes revolucionarios hace poco probable que cedan ante alguna negociación para abandonar el poder. El escenario con mayor probabilidad es el de la inevitable confrontación armada entre las tropas chavistas y los EEUU.
Ante el anuncio de hoy por parte del departamento de justicia, tesoro, y estado de fijar precio por la cabeza de los principales líderes del chavismo queda claro el mensaje político: Maduro perdió su oportunidad de negociar una salida pacífica con inmunidad.
Solo le resta el camino de la entrega o de la confrontación: y no he visto al primer revolucionario en la historia entregarse voluntariamente a los EEUU.
El factor SARS-COV-2 también juega papel importante en Venezuela: al igual que en Irán, las instituciones políticas que sostienen el poder chavista se verán colapsadas y van a acelerar el proceso del cambio de régimen. Todos los factores geopolíticos se han conjugado para ello.
Rusia golpeada por los saudíes, y re direccionando su política en medio oriente no vendrá en ayuda de Maduro.
China por otro lado miente sobre su situación económica y de salud, en este momento no tiene capacidad de maniobra para auxiliar a Maduro.
La suerte está echada.
Joelvin Villarreal / @JOELVINRV