La audaz agenda adoptada hace 25 para lograr la igualdad de género sigue siendo un objetivo distante ya que las mujeres enfrentan aún pobreza, discriminación y violencia y no llegan a despuntar en política y en los negocios a pesar de los avances en algunas áreas, señaló un reporte de Naciones Unidas el jueves.
Para las mujeres, el mundo en 2020 está “muy lejos” de la visión que tenía el programa de 150 páginas adoptado por 189 naciones en una conferencia de ONU Mujeres en Beijing en 1995.
La plataforma requería acciones ambiciosas para mujeres y niñas en 12 campos, incluyendo la lucha contra la pobreza y la violencia, garantizar que todas las menores reciban educación y tener a mujeres en las altas esferas empresariales y políticas, además de en las mesas de negociaciones de paz.
El programa fue también el primer documento de la ONU que dijo que los derechos de las mujeres incluyen el derecho a controlar y decidir “en asuntos relacionados con su sexualidad, incluyendo su salud sexual y reproductiva, libertad de discriminación, coerción y violencia”.
La conferencia de Beijing llegó “en un punto álgido de la democracia y el multilateralismo en el mundo”, cuando los defensores de la igualdad de género fueron “moderadamente optimistas acerca de que los gobiernos democráticos y responsables responderían a las demandas de las mujeres para un cambio radical en leyes, políticas, prácticas y convenciones sociales en todas las dimensiones de la sociedad”, apuntó el nuevo reporte de ONU Mujeres.
“Ahora, en un mundo cada vez más desigual, el futuro parece mucho más incierto”, agregó. “El ímpetu se ha perdido. Las mujeres y niñas del mundo están avanzando hacia la paralización ya que las peleadas victorias se han estancado o están siendo revertidas”.
En una conferencia de prensa, la directora ejecutiva de la agencia de la ONU, Phumzile Mlambo-Ngcuka, citó un “potente retroceso” y dijo que las mujeres están quedando relegadas a un cuarto del espacio que siguen ocupando los hombres.
“Tenemos un 75% de legisladores y parlamentarios hombres”, explicó. “Tenemos un 73% de los puestos de gestión ocupados por hombres. Un 70% de los negociadores climáticos también son hombres, Y cuando se refiere a procesos de paz, hay aún más, aunque sabemos que cuando las mujeres participan significativamente, esto garantiza también que la paz dure más”.
En la conferencia de Beijing de 1995, la entonces primera dama de Estados Unidos, Hillary Clinton, alentó a las participantes con un conmovedor discurso que incluía palabras que se han convertido en un mantra para el movimiento feminista en todo el mundo: “Los derechos humanos son los derechos de las mujeres, y los derechos de las mujeres son derechos humanos”.
Sin embargo, “los derechos de las mujeres están siendo erosionados en nombre de un regreso a los ‘valores tradicionales’, y las instituciones que se habían creado para promover la igualdad de género están siendo socavadas”, señaló el reporte. Los grupos de defensa de las mujeres encuentran cada vez más trabas para trabajar por las restricciones y la escasa financiación, agregó.
En el lado positivo, apuntó, en la última década 131 países aprobaron 274 reformas legales y regulatorias para respaldar la igualdad de género; hay más niñas escolarizadas, aunque sigue habiendo grandes diferencias entre naciones, y la mortalidad materna bajó un 38% entre 2000 y 2017.
Entre las malas noticias, “ha habido muy poco progreso en el empoderamiento económico de las mujeres”, dijo Silke Staab, investigadora y especialista en datos de ONU Mujeres.
“A nivel mundial, la brecha de género en la participación en la fuerza laboral se ha estancado en los últimos 20 años”, explicó. “Hoy en día, menos de dos tercios de las mujeres forman parte de la fuerza laboral, frente al 90% de los hombres”.
Y las mujeres en edad de crianza de hijos, entre los 25 y los 34 años, tienen un 25% más de posibilidades de vivir en la pobreza extrema que los hombres, señaló Staab.
La violencia contra las mujeres tampoco da tregua: casi una de cada cinco sufrió violencia a menos de una pareja íntima en los 12 últimos meses, dijo apuntando que “La mayoría de los países, algo que es alentador, tienen ahora leyes contra el maltrato doméstico, pero su implementación y cumplimiento sigue siendo débil”.
Las nuevas tecnologías y las redes sociales alimentan nuevas formas de abuso, especialmente el ciberacoso, “para el que en gran medida no hay soluciones”, afirmó Staab añadiendo que las mujeres en política “a menudo son expulsadas de la esfera política”.
Pese a los avances en salud materna, según la experta, “los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres siguen estando lejos de realizarse”. La proporción de mujeres que no tienen acceso a planificación familiar no varía desde 2000, y 190 millones de ellas que quieren evitar embarazos no deseados no tienen medios para hacerlo, agregó.
El cambio es posible, apuntó señalando a Latinoamérica, donde la participación de la mujer en la fuerza laboral ha crecido en los últimos 20 años, y países como Chile y Uruguay han impulsado los cuidados a los niños.
Staab también elogió a Etiopia y Ruanda, dos naciones del África subsahariana donde el acceso a la planificación familiar “sigue siendo altamente inadecuado”, por hacer el avance más rápido para llevar los métodos anticonceptivos a todas.
Con la vista puesta en el futuro, el reporte insta a respaldar los movimientos y el liderazgo de las mujeres, cerrando la brecha digital y aprovechando la tecnología para la igualdad de género.
AP