China se detuvo este sábado en un día de duelo nacional en homenaje a las más 3.300 personas que murieron de COVID-19 desde que el nuevo coronavirus irrumpió en el país en diciembre.
Las sirenas antiaéreas comenzaron a sonar a las 10H00 locales (02H00 GMT) en todo el territorio durante tres minutos. Los trenes, automóviles y navíos hacían sonar sus bocinas en recuerdo de las víctimas.
En la ciudad de Wuhan, de 11 millones de personas, donde el coronavirus fue identificado por primera vez en diciembre, los habitantes se detuvieron en medio de la calle.
El personal del hospital Tongji salió a las puertas del centro. Algunos aún llevaban los trajes protectores que se han convertido en un símbolo de la crisis en todo el mundo.
«Siento mucha pena por nuestros colegas y pacientes que murieron», dijo a AFP Xu, conteniendo las lágrimas, una enfermera de este centro que trabajaba en primera línea de tratamiento de pacientes con coronavirus.
«Espero que puedan descansar bien en el cielo», añadió.
En las calles de Pekín, los autos se detuvieron, haciendo sonar sus bocinas, y los peatones permanecieron inmóviles, algunos con bolsas de la compra en las manos.
Las imágenes de los medios estatales mostraron al presidente chino, Xi Jinping, y a otros funcionarios del gobierno de pie frente a un complejo del gobierno, con flores blancas.
– Llorar a los «mártires» –
En la plaza Tiananmen de la capital la bandera nacional ondeaba a media asta, entre fuertes medidas de seguridad.
En uno de los distritos comerciales más concurridos de la ciudad, la policía que patrullaba la zona peatonal se hizo a un lado con los escudos hacia abajo y las cabezas inclinadas.
En un vagón del metro, detenido en una estación, los pasajeros se levantaron, todos con mascarilla, y permanecieron inmóviles durante tres minutos, en un silencio sepulcral solo interrumpido por la sirena del metro.
Por respecto a los fallecidos, China prohibió el sábado todas las actividades públicas de ocio para sus 1.400 millones de habitantes. Incluso algunos videojuegos chinos en línea eran inaccesibles.
El homenaje también brindó la ocasión de llorar a los «mártires» del virus, un título honorífico otorgado por el gobierno esta semana a 14 trabajadores sanitarios que murieron luchando contra el brote.
Entre ellos figura Li Wenliang, un médico de Wuhan que llegó a ser reprendido por las autoridades por intentar advertir a otros en los primeros días del contagio.
La muerte de este oftalmólogo de 34 años en febrero provocó un torrente nacional de dolor e indignación ante la manera en la que el gobierno estaba gestionando la crisis.
Una investigación oficial sobre la muerte de Li concluyó que fue castigado «inapropiadamente» por la policía de Wuhan.
En diciembre, las autoridades informaron de la aparición de un virus desconocido en Wuhan, pero los científicos no tomaron medidas inmediatas para atajar su alcance y su capacidad de transmisión entre humanos.
Las medidas drásticas de confinamiento en Wuhan se impusieron solo el 23 de enero.
Criticado por tardar demasiado en reaccionar, el gobierno chino se ha limitado a destituir a responsables locales.
– Velas virtuales –
La conmemoración del sábado también coincidió con la festividad anual de Qing Ming, equivalente al día de Todos los Santos, cuando los chinos visitan las tumbas de sus familiares y dejan ofrendas en su recuerdo.
Aunque China afirma haber frenado la propagación del virus, se mantienen algunas restricciones para evitar una segunda ola de infecciones.
El último balance oficial en el país es de 81.639 contagios, de los que 3.326 fallecieron.
Por ello, las autoridades instaron a la población a no visitar los cementerios este sábado. «Pedimos a las personas que se queden en casa y tengan memoriales a pequeña escala en casa para recordar a los muertos», dijo Fan Yu, un funcionario del departamento de asuntos sociales de China.
Algunos camposantos proponen a las familias recordar a sus allegados a través de un video en directo, en el que se ve al personal cuidando las tumbas en su nombre.
Hay incluso páginas web que proponen tumbas «virtuales», donde se pueden encender velas en línea en homenaje a los difuntos.
AFP