El día 31 de marzo el Departamento de Estado publicó un documento titulado ,en traducción, Marco para la transición democrática en Venezuela. Presenta 14 pasos y 2 garantías para paulatinamente reestablecer un sistema democrático en nuestro País. Ese plan fue consultado con el Presidente Guaido y otros factores de poder de Estados Unidos y otras potencias. El propio Guaido había hablado el sábado 28 de un gobierno de emergencia nacional. En julio pasado, sus representantes plantearon en el marco de Oslo,un gobierno no presidido por Maduro ni Guaido.
Como primera visión del documento, éste parece UN GUANTE DE SEDA SOBRE UNA MANO DE HIERRO. Esta frase, slogan publicitario de 1990,fue original de algún político, quizá Bismarck. Es una propuesta muy inteligente que ofrece a militares,gobernadores y alcaldes chavecistas ,muchos de ellos corruptos,una tabla de salvación. En las últimas líneas del papel, ofrece estabilidad a aquéllos durante la transición .Es decir,les ofrece un corto plazo diferente al de Maduro y otros que ya tienen orden de captura y hasta recompensa por ellos.
Va levantando sanciones paulatinamente según los mismos en riesgo reaccionen. Así, cuando se disuelva la inconstitucional ANC,se levanta sanciones a los «constituyentes » que no estén involucrados en lesa humanidad o narcotráfico.
El plan es una trampa para atrapar moscas,una telaraña. Una inteligente combinación de sucesivos quid pro quo,que cede a medida que los otros participantes lo van haciendo. Que promueve la división entre los partidarios de la tiranía. Por otro lado,Guaido se retira de una presidencia interina del Ejecutivo pero con su gesto generoso, se apuntala como candidato presidencial.
Si la gente de Maduro acepta el plan, para los demócratas será una dosis fuerte de una medicina muy amarga. Desagradable sí, pero si evita una guerra civil y nos lleva a una democracia mejor que la que ya tuvimos,con libertad y progreso,traguémosla. Si trae de regreso a la mayoría de nuestros parientes, fortaleciendo la institución familiar.pensemos antes de rechazar el Plan. Si los comunistas se cierran y no ceden Guaido con apoyo internacional, podría actuar con más fuerza ética. Que el plan tiene aristas detestables sí. Ante energúmenos ¿hay otra solución pacífica?
Alfredo Rincón Rincón