Jesús Seguías reveló los códigos ocultos del mensaje de Washington a Maduro

El analista político y presidente de la encuestadora DatinCorp, Jesús Seguías, compartió este sábado en sus redes sociales un mensaje en forma de códigos ocultos sobre los pronunciamientos de los funcionarios estadounidenses contra el régimen de Venezuela.

Jesús Seguías, en su más reciente análisis sobre la situación política, social y económica de Venezuela, destacó los códigos ocultos en el mensaje de Washington, Estados Unidos (EE. UU.) sobre el caso de Venezuela.

Asimismo, uno de los mensajes apunta a que Maduro debe facilitar a la mayor brevedad posible un acuerdo de «ganar-ganar» con la oposición venezolana para la conformación de un gobierno de transición, el cual se dedique a «salvar» a Venezuela de la situación de crisis en la que se encuentra.

Subraya también que «Venezuela está al borde de un estado de anarquía irracional, violenta, llena de odios y sed de venganzas, y sin liderazgos sólidos lo cual puede conducir a una progresiva auto disolución de la república».

El gobierno de los EE. UU. se ha pronunciado públicamente para condenar la gestión de Nicolás Maduro en Venezuela, la cual dejó de reconocer como Gobierno legítimo el pasado 20 de mayo de 2018 cuando se llevaron a cabo las últimas elecciones presidenciales.

En este sentido, la propuesta más reciente del gobierno estadounidense para buscar una solución pacífica y democrática en Venezuela, ha sido la conformación de un gobierno de transición sin la participación de Nicolás Maduro, Juan Guaidó, o cualquier actor político que haya sido acusado por narcotráfico, corrupción y terrorismo.

Micro Análisis / Jesús Seguías

  1. Nicolás Maduro debe facilitar a la mayor brevedad un acuerdo ganar-ganar con la oposición para conformar un gobierno de transición que se dedique a salvar a Venezuela de la mega crisis que se aproxima a marcha veloz.
  2. La sugerencia que hago no toma en consideración hechos pasados de esta larga confrontación de más de 20 años. Los obvié intencionalmente para darle un contexto más apropiado a nuestra sugerencia. No quiero hablar de errores y aciertos. Quiero que miremos hacia adelante más que al pasado, porque el futuro inmediato nos espera con el hacha en la mano.
  3. En este momento ya no aplica hablar de capitulaciones, ni de vencedores y perdedores, ni de derechas y de izquierdas. La crisis es global y está derrotando hasta a las economías más exitosas.
  4. Ya estamos entrando en otra dimensión de la política mundial que, en el caso de Venezuela y por pura coincidencia, empalma con otras crisis que veníamos arrastrando. Es lo que hace más difícil las soluciones.
  5. Comprendemos que en toda confrontación política los actores están en su derecho a pelear por sus propuestas e intereses. Es el juego normal del poder y por el poder, desde la prehistoria hasta nuestros días. Pero ese criterio está fuera de lugar en este momento.
  6. La razón apunta básicamente a que estamos al borde de una catástrofe que ni Nicolás Maduro ni nadie de la oposición podrán enfrentarla con éxito si continúan imbuidos en un escenario de confrontación inútil y suicida. Nadie, absolutamente nadie, saldrá ganando. Eso lo pueden jurar.
  7. Para decirlo más abiertamente: Venezuela está al borde de un estado de anarquía irracional, violenta, llena de odios y sed de venganzas, y sin liderazgos sólidos lo cual puede conducir a una progresiva auto disolución de la república.
  8. Ese es un peligro que está muy próximo en caso de continuar como vamos. Hace 30 días eso no era tan evidente y podía considerarse como una exageración. Hoy comenzamos a vislumbrar un hueco negro y profundo.
  9. Esto es mucho más complejo que la simple salida compulsiva de Maduro del poder. De cómo provoquemos el desenlace dependerá nuestra salvación. Esto es decisivo. Y no hay espacio para las equivocaciones.
  10. Venezuela, por razones que el propio Nicolás Maduro conoce, es el país más vulnerable de América para enfrentar no el Coronavirus (afortunadamente el gobierno del mismo Maduro lo ha combatido con éxito) sino las consecuencias económicas, sociales y políticas que vendrán en paralelo o a continuación. Por ejemplo, la cuarentena ya es una bomba de tiempo.
  11. Pero lo más grave ni siquiera es la mega crisis por venir. Lo que más preocupa es que los venezolanos tendremos que enfrentar esta tragedia prácticamente solos, sin mucha ayuda exterior, arruinados y divididos por una confrontación carente de sentido (ni siquiera político).
  12. El auxilio internacional que pueda llegar ya no será de la magnitud que muchos suponían hace dos meses. Vale lo mismo para el gobierno de Maduro que para cualquier opositor que ocupe Miraflores ¿O dudan de ello?
  13. Ni los Estados Unidos, ni Europa, ni Rusia, ni China, ni la banca mundial (incluyendo la banca multilateral de desarrollo) estarán en capacidad de aportar los recursos que Venezuela necesita para reconstruir el aparato productivo nacional, reflotar a PDVSA, reconstruir y ampliar el sistema eléctrico, agua potable, gas doméstico e industrial, gasolina, salud y educación públicas.
  14. Y ni hablar del pago de la nómina pública y privada, y del resto del gasto púbico. Si Venezuela deja de percibir ingresos por petróleo en los próximos 3 meses (¿PDVSA podrá informar si recibiremos utilidades por la venta de petróleo en Abril?), ya podremos tener una idea de lo que nos aguarda, pues ni reservas internacionales nos quedan ¿Quién se atreve a desmentirlo?
  15. La verdad es que tendremos que enfrentar esta mega crisis con los recursos de una economía en bancarrota. Esa es la magnitud de lo que tiene en sus manos quien ocupa hoy Miraflores. Esto no se resolverá con llamados entusiastas a “seguir avanzando”, o a “profundizar la revolución”, o a endosarle las culpas a otros.
  16. La mega crisis que se aproxima sólo se resolverá con dinero (muchísimo dinero), trabajo, liderazgo, unidad nacional y santa paz. Y no contamos con ninguno de estos 5 recursos. Esa es la verdad y la sabemos todos.
  17. Lo demás son palabras huecas que no satisfacen la exigencia de la nación en estos momentos cruciales ¿Es que acaso nuestros políticos (todos) ya tienen definido de dónde obtendrán ese dinero? Es obvio que no tienen nada definido, pues el mundo cambió de repente en menos de 30 días.
  18. Lo que sí sabe el gobierno de Nicolás Maduro es que, con razón o sin razón, está vetado en todo el sistema financiero mundial. No tiene capacidad para obtener dinero fresco para la reconstrucción de PDVSA y del país en general. Y aun cuando le levanten las sanciones, tampoco podrá resolver la crisis.
  19. Porque también se sabe que el mercado petrolero mundial va en caída limpia. No es una crisis coyuntural y transitoria debido a la pandemia. Esta crisis es estructural e irreversible. Es para siempre.
  20. El petróleo no va a desaparecer de repente (al igual que el carbón) pero está dejando de ser un recurso estratégico mundial. Otras energías alternativas se están haciendo cargo. Y los venezolanos debemos saberlo. (En otro micro análisis hablaremos de ello).
  21. Lo que también sabemos todos es que las remesas (el gran comodín que permitió un circulante inmenso de divisas para millones de familias) ya no llegará en la misma proporción de hace 30 días. Es una de las razones de la devaluación escandalosa de hoy. Los venezolanos que están en el exterior también forman parte de la larga lista de afectados por la crisis mundial.
  22. Y lo que también se sabe es que Venezuela necesita con urgencia un mínimo de 100 mil millones de dólares durante dos o tres años para ponerse al día con todo. No estamos hablando de dos centavos. Esta cifra no se consigue fácilmente en un mercado financiero que ya está saturado de peticiones por parte de todos los países y empresas privadas imbuidas en una profunda crisis.
  23. También se sabe que todos los países están dedicando sus máximos esfuerzos y recursos a resolver sus propios y nuevos problemas, los cuales no tienen precedentes en la historia. Por tanto, los venezolanos nos quedaremos prácticamente solos, a merced no sólo de una crisis cataclísmica sino, lo peor, de poca capacidad financiera, política y social para resolverla.
  24. Tanto Nicolás Maduro como el opositor que aspire reemplazarlo deben saber que jamás, pero jamás podrán lograr surfear con éxito esta crisis bajo las condiciones actuales de confrontación y división nacional. Los tiempos de odios y venganzas son tiempos perdidos ¿A estas alturas, después de 20 años, se atreverán a dudarlo?
  25. Llegamos a la hora de las decisiones. Nicolás Maduro tendrá que escoger entre ser uno de los capitanes de la salvación de Venezuela o convertirse en su verdugo. Sin duda, la decisión es muy personal. Esta al borde de darle un vuelco radical al escenario adverso que tiene hoy y convertirlo en una victoria política de gran envergadura. Le toca decidir.
  26. Ya vimos las razones económicas que obligan a Nicolás Maduro a reflexionar con mucha responsabilidad. El próximo micro análisis lo dedicaremos a las razones políticas que también obligan a Maduro a tomar una decisión trascendente. El futuro del chavismo, del PSUV, de los militares definidos como chavistas, y de él mismo en particular también está en sus manos. Debe reflexionarlo ante Dios.

El Cooperante

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