China acusó a Estados Unidos el viernes de «tomar como rehén» al Consejo de Seguridad de la ONU, tras la solicitud de Washington de celebrar una reunión centrada en el proyecto de ley chino sobre la seguridad nacional de Hong Kong.
La tensión crece entre Pekín y países occidentales, que ven con inquietud un texto legislativo que podría significar el fin de la autonomía política del enclave, donde el movimiento de protesta intenta, por su parte, volver a las calles.
“El Consejo de Seguridad no es un instrumento que Estados Unidos puede manipular como le plazca”, dijo Zhao Lijian, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, en una rueda de prensa.
Washington y Londres lograron organizar el viernes una discusión informal en el Consejo de Seguridad de la ONU, a puerta cerrada y por videoconferencia, afirmaron a la AFP fuentes diplomáticas.
Estados Unidos, el Reino Unido (la ex potencia colonial en Hong Kong), Canadá y Australia ya advirtieron el jueves en un comunicado conjunto que Pekín violaba sus compromisos adquiridos décadas atrás, cuando Hong Kong volvió a su jurisdicción.
“Exhortamos a esos países a que cesen de entrometerse en los asuntos de Hong Kong y en los asuntos internos chinos”, replicó el viernes Zhao Lijian, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino.
El proyecto de ley chino castigará la secesión, la subversión del poder del Estado, el terrorismo y actos que pongan en riesgo la seguridad nacional, y permitirá que las agencias de seguridad del continente operen abiertamente en Hong Kong. Además, castiga la injerencia extranjera en este territorio semiautónomo chino.
Para los países occidentales, el objetivo es acallar a la oposición hongkonesa y mermar las libertades, lo que desmiente formalmente Pekín.
“Nuestra relación con China está basada en el respeto mutuo y la confianza (…) pero esta decisión lo cuestiona”, aseguró el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, al término de una reunión de los cancilleres de la UE consagrada al gigante asiático.
Hong Kong, que siempre ha mantenido una actitud desafiante ante Pekín, reinició en 2019 un movimiento de protesta contra la influencia de China, con gigantescas manifestaciones que contribuyeron a un aumento de las ideas proindependencia, hasta entonces minoritarias en la excolonia británica.
China ha afirmado que Washington juega con fuego al apoyar públicamente las protestas y acusó a los manifestantes más radicales de actividades “terroristas”.
En virtud del principio “un país, dos sistemas”, que rige las relaciones con Pekín desde que el territorio fue devuelto por Reino Unido a China en 1997, Hong Kong tiene una amplia autonomía, libertad de expresión y una justicia independiente.
Pero Pekín arguye que la “Ley fundamental”, una pequeña Constitución que rige en Hong Kong desde 1997, obliga a las autoridades hongkonesas a implementar una ley sobre seguridad nacional.
Pero una iniciativa en este sentido en 2003 provocó grandes manifestaciones, y el proyecto fue abandonado.
“Pequeña minoría”
En ese contexto de fuertes tensiones entre Pekín y Washington –en torno a la covid-19, la guerra comercial, Taiwán y la minoría uigur– el presidente Donald Trump aseguró que anunciará lo que van “a hacer con China” en una conferencia de prensa prevista este viernes.
La votación el jueves en el Parlamento chino se produjo horas después de que Washington declarara formalmente que Hong Kong no gozaba más de la autonomía prometida por China, abriendo la vía a suprimir los privilegios económicos y comerciales estadounidenses otorgados a la excolonia británica.
La ley recién aprobada se aplicará solamente a “una pequeña minoría de personas sospechosas de cometer crímenes contra la seguridad nacional”, aseguraba en su editorial el Diario del Pueblo, órgano oficial del Partido Comunista de China.
Pero en Hong Kong, los opositores a la influencia del gobierno central chino afirman que la medida abre el camino a un retroceso sin precedentes de las libertades en esta metrópolis financiera.
“Es el fin de Hong Kong”, dijo a la AFP Claudia Mo, diputada prodemocracia en el Consejo Legislativo hongkonés. “A partir de ahora, Hong Kong será una ciudad china como las demás”, añadió.
AFP