Guaidó, Maduro y María Corina. Por Leandro Rodríguez (@leandrotango)

No ha habido etapa más agría en toda nuestra historia, tampoco un divorcio más acentuado entre políticos y pueblo. Incluso, los españoles resguardaban el sostenimiento de lo que en ese momento era Venezuela, pero hoy día no se deja piedra sobre piedra, todos sus cimientos están siendo destruidos… lo que se ha saqueado al país en los últimos 20 años es más de lo que la Compañía Guipuzcoana pudo extraer en sus tiempos.

 

Son muchos los factores inmersos, uno de los principales es que Guaidó llega al poder accidentalmente. Llega sin experiencia necesaria, con una organización política que exhibe mismas condiciones que él, con un líder (LL) al que idolatran al igual el chavismo lo hace con los suyos. En más semejanzas con los rojos, enroca al mismo liderazgo opositor al que la población no le tiene ninguna fe, al contrario, ¡repudia! 

 

Por lado del régimen nada sorprende, día a día agrava su condición retencionista del poder a pesar que dentro de nuestras fronteras controla férreamente a la población a través de la violencia institucionalizada y la generación de necesidades/dependencia. Una de sus grandes debilidades (entre tantas) es que, a parte del impopular Maduro, no hay otra figura, ni siquiera Diosdado (dedicado a su programa televisivo de asistencia constituyente) que sea capaz de aglutinar al remanente chavista obstinado por tantas penurias, tanto o más que a los que tildan escuálidos.

 

Los otros actores no vale la pena mencionarlos, una falsa oposición cuya contratación busca desviar los ataques dirigidos a los verdaderos culpables del oscurantismo reinante hacia la oposición orgánica, sus señalamientos son más incisivos que los del mismo régimen, uno de sus apostillados, en días recientes, trató de culpar a Guaidó de la escasez de gasolina y no al chavismo amo y señor de Pdvsa en los últimos 20 años ¡Absurdo! Son autoproclamados líderes nacionales, con partidos liliputienses, carentes de legitimidad que se prestan para las tretas del régimen.

 

Otro factor interviniente, sin componente orgánico de peso, pero sí con respetable influencia internacional, es María Corina Machado, quien particularmente apreciamos como la más ecuánime en el mundo político actual. Atacada por criticar con antelación las decisiones de la MUD y por su radical postura contra el régimen, le ha sumado enemigos en ambos bandos, sin embargo, es la única figura del momento que ve incrementar su apoyo en la opinión pública.

 

En resumen, la Venezuela política se encuentra dividida en tres lotes: La oposición liderada por Guaidó, el oficialismo liderado por Maduro y un tercer continente que lidera María Corina Machado, todo lo demás que orbita a estos tres son escombros políticos.

 

Esta realidad afecta como nunca antes a los venezolanos. Guaidó, reconocido mundialmente, no tiene radio de acción dentro de la nación. Maduro, desconocido internacionalmente, es quien ejerce control dentro del territorio. Cuando el chavismo tuvo la oportunidad para realizar cambios que amerita la patria no los hizo, al contrario, profundizó los errores, creó otros peores y terminó convirtiéndose en el principal problema de la nación. 

 

Sigue reinando la incertidumbre en un país cada vez más insostenible, los recientes acontecimientos Macuto y Chuao desafían la lógica, al parecer, es una guerra en la que un bando está subestimando gravemente al otro. Lo único cierto es que el país, en cada segundo, se hace más insostenible en todos los sentidos. 

 

Leandro Rodríguez / @leandrotango      

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