Sin gasolina. Por Eneida Valerio Rodríguez (@eneidavalerio)

Nuestro país, está arruinado y  eso es más  grave que la cifra superior a un poco más de400 casos que el  gobierno registra del COVID19. Si Venezuela,fuera floreciente y en crecimiento sostenible, los pacientes estarían en mejores condiciones sanitarias, para contrarrestar la situación a nivel nacional, denegando el control politizado, como se ha hecho hasta ahora del evento. 

Nuestro país, está  arruinado y los líderes no han respondido a la situación crítica que vivimos. 

Partidos políticos sin crecimiento por falta de principios y  sustentación política, se redujeron a  buscar puestos acomodaticios para no asfixiarse y sucumbir. Hay varios. Un día con unos y otro con otros. Sin dudas, hasta aquí llegaron. Cinco o más años repitiendo frases sin ofrecer nada a cambio que no sea el aprovechamiento político de sus “líderes” principales. Quedarán entonces, los partidos que supieron crecer bajo dificultades sociopolíticas. 

Por ello, afirmamos que la gasolina como combustible y el discurso político, están agotados por igual. Sus disertadores forman parte importantes del  fracaso que los inculpa. 

Las desventuradas escenas frente a la escasez de gasolina constituyen un testimonio lastimero de un país que hasta hace años,contaba con el Complejo Refinador de Paraguaná, el más grande de América Latina. Al tiempo que Venezuela, exportaba el producto luego, de garantizarse el mercado interno.

No hay respuesta de los gobernantes para la población, porque durante todo este tiempo el esfuerzo, está puesto en dividir utilizando mecanismos de sumisión, miedo e intolerancia política, destruyendo al opositor de verdad y aniquilando sus bastiones naturales de lucha como elecciones y escogencia de representantes ante los respectivos escenarios de la vida política. El país, se ha caotizado. 

El país, está herido de gravedad en su institucionalidad y en todo el marco legal que le define como Nación.

La sociedad venezolana, a pesar de todo, sigue su lucha en medio de la desbandada y encuentra por sí misma, mediante la solidaridad mecanismos de inclusión y cohesión social, perfectas herramientas para convivir y definir el rumbo próximo de la sociedad universal.

Así, podemos citar el caso de los sanitarios. Los países a través de recursos inyectados en los presupuestos dedican a la investigación científica y al ejercicio concatenado del mismo, los necesarios para atender constitucionalmente a las poblaciones que requieren garantizar su salud. 

Los médicos, enfermeras, paramédicos entre otros, en nuestro país, son héroes reconocidos por su valentía y dedicación. Sembraron en nosotros, la ética de la responsabilidad profesional y la honestidad en sus actuaciones en medio de una fuerte e incomprensiva situación de abandono casi total para ejercer sus funciones y atender a los pacientes, enfrentados a todas las carencias.

En consecuencia de esta grave falta de atención, la pandemia nos encontró sin respuestas y en estado de postración. Test para  detectar la presencia del Covid 19  fueron recibidos desde otros países. 

Hace también largos años, se habla del desasitido sistema de educación y por tanto, las clases al ser suspendidas no garantizan a estudiantes del Sistema de Educación Inicial y Primaria el requerido éxito académico tomando en cuenta el atraso tanto de planteles, educadores y educandos desde el punto de vista de herramientas necesarias para avanzar en una educación de calidad.

Por mucho tiempo persiste, el  problema de los servicios públicos. Una red de acueductos con una vieja datación superior a 60 años deja entrever el colapso de los mismos, convirtiéndose la situación sanitaria en un agravante para las exigencias sanitarias que demanda la pandemia. En cuanto a la electricidad, la situación es bien conocida en el drama que la sustenta. Días sin luz en estados y en amplios sectores de estas regiones.

La política de bonos con nombre distintos para mantener la sumisión mecánica,así como una política de bolsas CLAP con vuelta a controles de empresas fabricantes de productos alimentarios, para terminar pauperizadas, no logran explicar la medida de su aplicación. El gobierno da saltos. Hay una destrucción consumada del tejido social

La sociedad por su cuenta, hace frente a la crisis más perversa que le ha tocado enfrentar. Teje desde hace tiempo con gruesas puntadas y en paralelo, elementos de inclusión a través de la solidaridad. 

Los analistas coinciden en la necesidad de la solidaridad como la herramienta determinante para la  convivencia social. Esta urgencia, vestirá lo que viene después de esta pandemia luego del desconfinamento. Servirá para la cohesión futura de los  grupos sociales. 

Se ha convertido, por parte de filósofos, pensadores y analista en una demanda insoslayable e impostergable. En tal sentido, el venezolano, con este autoaprendizaje tan largo por el sufrimiento ha generado un escalamiento que comienza a rendir frutos.

 

Eneida Valerio Rodríguez / @eneidavalerio

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