Carlos Lehder, narcotraficante colombiano de origen alemán, quedó en libertad esta semana en los Estados Unidos luego de cumplir 30 años de su condena. Lehder participó de la creación del Cartel de Medellín junto a Pablo Escobar y fue liberado de cumplir tres cuartas partes de su condena de 55 años.
Pero la condena inicial de Lehder, el primer narco colombiano extraditado desde ese país a los Estados Unidos, era de 135 años. Logró reducirla al convertirse en el testigo estrella en contra del juicio que el gobierno de los Estados Unidos le hizo al dictador panameño Manuel Antonio Noriega en 1990.
La figura de Lehder era poco común entre los narcotraficantes de su época. Un hombre culto, con intereses políticos y posiciones ideológicas elaboradas para justificar su actividad criminal. Paradójicamente, opinaba en contra de las políticas prohibicionistas de las drogas.
Lehder, a la derecha de la foto, ayudó a construir las rutas de la cocaína a EE.UU. a través de Panamá con la ayuda de Noriega.
Era admirador por igual de John Lennon y Adolf Hitler e incluso intentó iniciar una agrupación política de corte fascista y latinoamericanista en Colombia. Lehder también se declaraba antiimperialista.
En contra del Noriega, Lehder había asegurado que el dictador panameño había contactado al cartel para poner a disposición su país para el narcotráfico. El ofrecimiento fue muy oportuno porque los narcotraficantes colombianos buscaban desesperadamente rutas porque no había un punto de trasbordo y era demasiado riesgoso volar de Colombia a Estados Unidos.
En el juicio dijo que por cada envío de droga que pasara por su país, la dictadura panameña recibiría 150.000 dólares y parte de ese dinero iba directamente a Noriega.
Lehder también contó que Noriega viajó a Medellín y se reunió con el mismo Pablo Escobar para cerrar el acuerdo.
Noriega fue depuesto con una invasión militar estadounidense en 1989. Fue hecho prisionero y una corte federal de los Estados Unidos lo condenó gracias al testimonio de Lehder.
El dictador estuvo preso en Estados Unidos hasta el 2007, luego fue deportado a Francia donde finalmente murió en 2017 con una salud deteriorada.
Maduro y Noriega
Noriega fue depuesto por una invasión militar estadounidense en 1989.
El papel de informantes como Lehder en la acusación contra Noriega lleva a establecer un paralelismo con la situación de Nicolás Maduro. Al igual que Noriega, Maduro no es un jefe de estado reconocido por los EEUU.
Con otros cincuenta países, EE.UU. considera que Maduro fue electo en los comicios presidenciales de mayo de 2018 mediante un fraude masivo. «La inmunidad es un privilegio otorgado por la rama ejecutiva, no por los tribunales», dijo ex fiscal federal de Estados Unidos, Richard Gregorie, consultado por Univisión.
Gregorie era el jefe de la división de narcóticos del Distrito Sur de Florida que encabezó la acusación en febrero de 1988 contra Noriega en Panamá. Noriega enfrentó cargos similares de explotar su posición oficial como jefe de las Fuerzas de Defensa de Panamá, por recibir pagos a cambio de ayudar y proteger el cartel de Medellín en Colombia.
De la misma forma que con Noriega, el gobierno de los EEUU tiene en su poder a varios antiguos aliados del chavismo que estarían colaborando con información en contra de las actividades narcotraficantes de Nicolás Maduro.
El Departamento de Justicia estadounidense ofreció en marzo una recompensa de 15 millones de dólares por la cabeza del dictador venezolano. Se le acusa por narcotráfico y lavado de dinero. A Maduro también se le considera líder de una agrupación narcotraficante constituida junto con miembros del grupo terrorista colombiano FARC.
Como parte de esa misma acusación, fueron señalados otros altos personeros del chavismo como Diosdado Cabello, considerado la segunda persona mas poderosa de Venezuela, y el general disidente Clíver Alcalá Cordones. Alcalá, quien se encontraba en Colombia, se entregó a la Justicia estadounidense el pasado mes de abril y se presume su colaboración en la causa contra Maduro.
Primer Informe