Cuando el técnico del Atalanta Gian Piero Gasperini padecía el coronavirus a mediados de marzo, la idea de ingresar al hospital de Bérgamo — desbordado por pacientes de COVID-19 en ese momento — le hizo temer por su vida.
“Pasaban ambulancias cada dos minutos… Parecía una guerra”, dijo Gasperini. “De noche, me ponía a pensar: ’si voy ahí (al hospital), ¿qué me va a pasar?”
Pero Gasperini se recuperó rápidamente, sin tener que ingresar al hospital Papa Juan XXIII. No ha sido hasta ahora que el entrenador confirmó que contrajo el virus, cuando el equipo se sometió a pruebas hace 10 días, de acuerdo con una entrevista publicada el domingo por la Gazzetta dello Sport.
Gasperini, de 62 años, empezó a sentirse mal el 9 de marzo, un día antes que el Atalanta visitara al Valencia en el partido de vuelta de su eliminatoria de octavos de final de la Liga de Campeones.
Describió cómo se sentía físicamente al regresar a Bérgamo, que aceleradamente se estaba convirtiendo en epicentro de la pandemia. “No tenía una fiebre, pero me sentía destruido, como si tuviera una fiebre de 40 grados (celsius).
Muchos expertos apuntan a la ida entre Atalanta y Valencia, el 19 de febrero en Milán, como una de las principales razones de que el virus fue tan letal en Bérgamo. La prensa local ha tildado el encuentro como el “Partido Cero”.
Con el virus expandiéndose rápidamente en Europa, la vuelta en España se jugó sin aficionados. Pese a ello, más del 35% de los jugadores del Valencia se contagió.
El Valencia difundió un comunicado el domingo en el que expresó su “sorpresa” tras las declaraciones de Gasperini y que no tomara “medidas preventivas.
Según el Valencia, se puso en riesgo, “si ese hubiera sido el caso, a numerosas personas durante su viaje y estancia en Valencia”.
“Este partido se disputó a puerta cerrada, rodeado de estrictas medidas al respecto, por obligación de las autoridades sanitarias españolas para prevenir el riesgo de contagio por COVID-19, precisamente ante la presencia de personas procedentes de una zona ya en esa fecha calificada públicamente de riesgo”, dijo el Valencia.
Más de 16.000 personas murieron por el virus en la región de Lombardía, donde se encuentra Bérgamo, una de las ciudades más golpeadas.
“Tomarán varios años para entender lo ocurrido”, dijo Gasperini. “Cada vez que lo medito, me parece absurdo: nuestro momento cumbre en lo deportivo coincidió con el dolor más fuerte sufrido por la ciudad”.
“Me siento más bergamasco ahora”, añadió Gasperini, quien es oriundo de Turín.
Previamente, el único integrante del Atalanta que dio positivo por el virus fue el arquero suplente Marco Sportiello.
Atalanta avanzó a los cuartos de final de la Champions con una victoria 8-4 en el marcador global, pero no ha jugado desde entonces. El fútbol podría retomarse en Italia a mediados de junio.
“Atalanta puede ayudar a Bérgamo a recuperarse, respetando el dolor de la gente que guarda luto”, dijo Gasperini. “Va a pasar mucho tiempo poder ver a la gente saliendo a celebrar en las plazas o en el aeropuerto. Pero los bergamascos mantienen su ilusión prendida bajo las cenizas”.
“Ningún jugador se fue de la ciudad. Más de uno ha perdido peso, lo cual quizás es señal de problemas psicológicos”, añadió el técnico. “No es fácil leer la condición emocional de cada uno. Algunos han estado alejados de sus familias”.
“Lo que sí es seguro que el plantel entiende el sufrimiento de Bérgamo y eso es algo que mostrará cuando salga a la cancha”, sostuvo.
AP