La prodigiosa recuperación del paciente más grave de COVID-19 en Vietnam, un piloto británico que estuvo varias semanas en coma, permite al país mantener su estadística de cero muertos por el nuevo coronavirus.
“Ya puede abandonar la unidad de cuidados intensivos para hacer la rehabilitación y volver a su país en cuanto se completen los procedimientos necesarios”, declaró esta semana a los medios la profesora Pham Thi Ngoc Thao, subdirectora del hospital de Cho Ray, en Ciudad Ho Chi Minh, donde está ingresado el enfermo.
Conocido como el paciente 91, Stephen Cameron, de 43 años y piloto de la aerolínea Vietnam Airlines, ha recuperado en las últimas semanas el 85 por ciento de su capacidad pulmonar, que llegó a bajar hasta el 10 por ciento a principios de mayo, cuando la única opción que los médicos contemplaban para salvar su vida era un trasplante de pulmón.
“En algún momento pareció estar cerca de la muerte, pero se salvó con las intervenciones médicas apropiadas”, dijo Ngoc Thao.
En el último mes su curación ha avanzado a una velocidad asombrosa: despertó de un coma de casi dos meses a finales de mayo, y ha ido liberándose del respirador mecánico y de la máquina de oxigenación por membrana extracorpórea que le mantuvieron con vida desde principios de abril y que dispararon el coste de su tratamiento por encima de los 200.000 dólares, según medios estatales.
Tras cien días de ingreso hospitalario, Cameron ya es capaz de ponerse en pie por sí mismo y hablar con los médicos, pero la debilidad muscular fruto de la larga inactividad le impide caminar sin ayuda.
Su evolución ha sido seguida con atención en Vietnam, que con su estrategia de contención de la enfermedad y rastreo exhaustivo de los nuevos casos ha conseguido recuperar la normalidad interna con 349 casos y ningún muerto hasta el momento.
Ante su rápido empeoramiento a los pocos días de contraer la COVID-19, el 13 de marzo, y los vanos intentos de los médicos por reanimarle, las autoridades sanitarias del país se conjuraron para salvar la vida del piloto, cuya supervivencia se convirtió en una cuestión de orgullo nacional.
En una reciente conversación con su doctor reproducida por el periódico Tuoi Tre (Juventud), Cameron pedía ser repatriado lo antes posible a Escocia y agradecía la labor del personal médico vietnamita que le ha salvado la vida.
“Si hubiera estado en cualquier otro lugar del mundo estaría muerto”, afirmó.
2001