La “vitamina del sol”, denominada calciferol, la D es una de las vitaminas liposolubles imprescindibles para la formación de los dientes y de los huesos, además de ser necesaria para el adecuado funcionamiento del aparato locomotor.
Las principales y más graves patologías aparejadas a la deficiencia de vitamina D son el raquitismo y la osteoporosis, dado que favorece la fijación del calcio en los huesos.
Cabe destacar, que obtener suficiente vitamina D solo a través de los alimentos es complicado ya que no son muchos los alimentos que la tienen de forma natural.
El cuerpo produce vitamina D cuando la piel se expone directamente al sol y la mayoría de las personas satisfacen de esta manera sus necesidades.
Algunos estudios científicos indican que la vitamina D puede proteger contra el cáncer de colon y tal vez incluso contra el cáncer de próstata y cáncer del seno.
También debes considerar que el exceso de vitamina D también puede provocar daños en los riñones.
Estos son los alimentos ricos en vitamina D:
– Los pescados grasos que son en general los azules como el atún.
– El huevo, más concretamente la yema.
– El queso y la mantequilla.
– El hígado vacuno.
– Los hongos aportan cierta cantidad de vitamina D. En especial, los champiñones.
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