Hay que conocer la historia para no repetirla. En un análisis publicado por el Dr. Carlos Sánchez Berzain (Director del Instituto Interamericano para la Democracia) señala que «este 19 de julio se cumplieron 41 años del ingreso de los guerrilleros sandinistas a Managua derrotando la dictadura de Somoza, pero iniciando lo que es hoy la dictadura del castrochavismo.
Con la derrota electoral del sandinismo de 1990 se llegó a creer en el fin de la dictadura en Nicaragua, pero solo había salido el dictador y se quedó el sistema dictatorial. Cuando la dictadura de Cuba recuperó su capacidad de operación, retornó el dictador que detenta el poder en Nicaragua desde 2007, demostrando que la salida del dictador no basta, es imprescindible terminar la dictadura».
Esta es una alerta a los ciudadanos venezolanos. No podemos repetir la historia de Nicaragua. Nuestros países, Venezuela, Nicaragua, Cuba y Bolivia, están secuestrados por un modelo criminal que se escuda en una fachada Política de una supuesta izquierda, pero que en realidad se trata de un sistema delincuencial y violador de los Derechos Humanos en todas sus formas.
Los ciudadanos debemos entender que este problema no es político, es un problema de crimen internacional organizado y debe ser tratado como tal.
Esto es un problema Geopolítico por lo tanto es fundamental entender que a esta situación inédita es necesario buscarle soluciones inéditas como por ejemplo activar el R2P y Convenios que detengan el ataque de la Delincuencia Internacional Organizada a los ciudadanos.
Debemos exigir sanciones para aquellos ciudadanos que con su fachada política estén inmersos en delitos de corrupción, crímenes de lesa humanidad, narcotráfico, ilegitimación de capitales, etc. Debemos activar todos los tratados interamericanos entre ellos el de la defensa de los Derechos Humanos.
Kofi Annan, ex- Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas, en el 2012 en su discurso dado en el marco del centenario de Wallenberg en Estocolmo, enfatizó la responsabilidad compartida que las naciones tienen de ayudar a defender los derechos humanos a través del R2P. Expresaba que está claro que los gobiernos se hacen la vista gorda ante la represión más allá de sus fronteras, o dejan que sus agendas económicas y de seguridad superen el deber de impulsar el respeto a los Derechos Humanos en todas partes.
Annan señala que la respuesta del Consejo de Seguridad de la ONU ha sido con frecuencia «débil o inexistente y sus acciones impulsadas no por principios sino por política y selectividad. Los Estados ya no pueden usar la soberanía como «un escudo absoluto» para hacer lo que quieran con sus ciudadanos”.
Sin embargo, continúa Annan, la acción militar bajo R2P siempre debe ser «el último recurso. Puede ser necesaria en algunas situaciones, pero la decisión no debe tomarse a la ligera”.
Annan señala la necesidad del fortalecimiento y el uso de medidas incluidas sanciones selectivas contra líderes y medidas contra la impunidad.
Tanto en Cuba como en Nicaragua y Venezuela, se ha avanzado en diálogos, en sanciones pero los regímenes siguen plagando de hambre y miseria a sus ciudadanos, convirtiéndose en Estados fallidos bajo control total del hampa y la delincuencia organizada que ellos representan. Es necesario avanzar en los planteamientos del R2P.
No se puede ir a procesos electorales con delincuentes. No se puede ir a un proceso amañado que pretenda cohabitar con actores del régimen. La historia de Nicaragua no podemos repetirla: como ciudadanos debemos exigir a la comunidad internacional el apoyo policial, el uso de las leyes internacionales para aplicar justicia en nuestros países secuestrados por el crimen organizado internacional.
Para construir una nueva República no se puede aceptar la impunidad del dictador y su grupo delictivo como parte de la recuperación de la democracia. Esto ocurrió en Nicaragua y tenemos el deber de evitar que ocurra en Venezuela. Con la salida del dictador debemos garantizar la salida de su sistema.
Alfonzo Bolívar / @alfonzobolivar