En tiempos de confinamiento, es aún más entendible que se llame multitud a un «gentío» expresándose en redes sociales, mismo que en esta fecha reacciona entre molesto y cínico pidiendo cajas Clap para el empresario colombiano Alex Saab.
Una carta de los familiares de Alex Saab dirigida al presidente de Cabo Verde se ha hecho célebre en esta fecha. En ella tanto piden la liberación del empresario, como explican que desde que fue detenido ha desmejorado su salud y ha perdido peso.
Recuérdese que Saab está siendo solicitado en extradición por Estados Unidos a causa de su presunta implicación en casos de corrupción financiera, narcotráfico y auspicio al terrorismo, supuestamente en yunta con el presidente del cuestionado gobierno de Venezuela, Nicolás Maduro.
Incluso antes de ser Nicolás Maduro presidente de Venezuela, según indican periodistas de investigación, ya Alex Saab comenzaba a disfrutar de importantes negocios con el régimen venezolano.
Ahora, cuando se le señala como el arquitecto de todo el tinglado financiero corrupto de Maduro y su círculo más íntimo, familiar y político, cuenta mucho entre el portafolio de negocios de Alex Saab, la importación de alimentos para las famosas cajas Clap.
¿Por qué el encono con Saab y las cajas Clap?
El programa de distribución de alimentos conocido como las cajas Clap, según cuenta el comisionado de seguridad del gobierno interino de Venezuela, comisario Iván Simonovis, surgió como idea planteada por Saab a Nicolás Maduro en una reunión preparada por los hijos de la «primera combatiente Cilia Flores».
Saab ha tenido, según sus denunciantes, negocios turbios de construcción, de energía y petróleo, de oro y mucho más, pero ser el «hombre Clap» es uno de los epítetos por los que más se le identifica.
Incluso, por investigar y publicar los casos de corrupción con monstruosos sobreprecios en el negocio general de las cajas Clap, el equipo periodístico del portal Armando.Info debió abandonar Venezuela, asediado por una «justicia» en la que Saab y sus lazos políticos tendrían una vara demasiado alta.
El embajador de Nicolás Maduro en Cabo Verde, quien exigió a nombre de su gobierno este fin de semana ver al empresario Alex Saab, ha dicho que la pérdida de peso además tiene que ver con la imposibilidad de seguir cabalmente un tratamiento médico.
¿Es que no le respetan los derechos humanos a Alex Saab?
En realidad no se tiene conocimiento de la calidad de alimentación que la justicia de Cabo Verde ofrece a Alex Saab. Sólo se supo que admitió el pedido de extradición a Estados Unidos y que lo trasladó a una prisión en Isla de Sal para garantizarle mayor seguridad.
Su derecho a la vida, supuestamente, habría estado en riesgo, coincidencialmente cuando analistas de su caso acuerdan que su confesión vale demasiado y que ante una amenaza de más de 40 años de cárcel, mucho de lengua se afloja.
Además de la vida, se supone clara y legítima la preocupación de su familia por la salud y la alimentación de Alex Saab, cosas que cualquier ser civilizado debe entender como enmarcadas en los derechos humanos que deben ser respetados.
Pero las ironías, la sorna, y las graves denuncias con las que a propósito de Alex Saab y la caída de su peso, centenares de personas han hecho tendencia en redes la palabra «Clap», justamente indican que el empresario, con sus entuertos, violó los derechos humanos de millares de personas.
Que le envíen la leche podrida, las lentejas con gorgojos y muchas cosas más, son casi gritos en redes, de una importante multitud, al saber que la familia de Alex Saab ha escrito una carta al presidente de Cabo Verde, en el que apuntan, entre otras cosas, que ha bajado de peso.