¡LA RESPUESTA NO ESTÁ AFUERA!“FLOTA EN EL AMBIENTE ENTRE TODOS NOSOTROS LOS SOCIALCRISTIANOS”
La respuesta no está afuera. La respuesta está, flotando en el ambiente entre todos nosotros en este País. ¿Nos vamos a asustar ahora, porque se está haciendo realidad lo que, tantas veces y con tanta intensidad, hemos soñado?
Si realmente queremos que se transforme esta realidad, hay que romper radicalmente con las cargas, culpas, miedos y autolimitaciones mentales y atreverse a arriesgar y a dejarse fluir.
La Venezuela de hoy, es un absurdo, cuando se compara su potencialidad en recursos naturales y humanos, a la actual decadencia que se ha posesionado del País en los últimos 21 años. Analizamos cómo estamos seguros que muchos lo hacen, esta lamentable y trágica realidad, junto a las más variadas teorías de izquierda y derecha, que se han ensayado para poder entender esta regresión social, política y económica en que nos han embarcado.
Las soluciones, bien sean técnicas o parciales tienen un hilo conductor que la caracteriza, por la falta de visión estratégica, por parte de los sectores políticos o la falta de acciones compartidas, lo que ha determinado y producido estas reacciones erráticas, carentes de respaldo popular. A lo anterior amplía la interesante observación de que esta inestabilidad está acompañada y gestionada por actores políticos, que se reciclan permanentemente, asumiendo, si fuera necesario, discursos contrapuestos para permanecer en el poder, bajo el pretexto que son las figuras nuevas de la política venezolana, no habrá solución hasta no producir una renovación de la dirigencia política actual, (entendida esta por nuevos actores).
La política seguirá, siendo la principal herramienta para lograr cambios en la sociedad, por lo tanto, hay una primordial responsabilidad de esta clase de políticos entreguistas, porque, es, en el ámbito de las decisiones políticas donde se determinan y determinarán, las líneas de acción y su continuidad en el tiempo. Por otra parte, tienen que reconocer la interdependencia entre dirigentes y sociedad, el descreimiento que tenemos de la política y de nuestros políticos, limita drásticamente las posibilidades de mejorar. Tenemos la necesidad de involucrarnos sobre la base, de que a través de nuevas políticas pueden resolverse algunos de los crónicos problemas presentes. En este sentido, tenemos experiencias exitosas en otros países, en condiciones similares o más complicadas que las nuestras.
Tenemos, la necesidad que quebrar, el desaliento y abrir una vía de compromiso para hacer de la esperanza una realidad.
Cuando nos referimos a la renovación de los cuadros políticos, nos referimos para no entrar en profundidades, es que la integre gente distinta, libre de prejuicios, respecto a rótulos de izquierda o derecha, que no celebre la cultura de la pobreza o la dádiva, que esté enfocada al futuro y no anclada en el pasado, preocupada por buscar soluciones, más que culpables.
Una política distinta, un estilo de liderazgo más humilde, más participativo y más cercano al ciudadano, que privilegie la unidad articulada, por sobre la división, el diálogo por sobre la confrontación y la vocación de servicio por sobre el privilegio personal del funcionario. En este contexto, el compromiso deberá de ser, la gestión en mejorar la vida de la gente, sin hipotecar el largo plazo ni fomentar divisiones y sin la pretensión mesiánica de salvar el país. Cuando la señal de los líderes socialcristianos, sea unívoca a favor de la calidad moral y la idoneidad técnica se despertará un potencial dormido, en los ciudadanos que permitirá apostar a algo más grande que la simple normalidad. ¿Acaso podemos lograrla estando prácticamente de espaldas al mundo civilizado? A la Venezuela privilegiada en cuestiones como alimentos, recursos naturales, medio ambiente, tecnología e innovación.
Johnny Galué / @COOTUR