La política es realidad, lo que los alemanes denominan realpolitik, en consecuencia, toda acción distinta a ello resulta inoficioso, inútil, un desperdicio de tiempo y recursos. Así, en Venezuela yacen dos grupos de políticos, aquellos quienes conocen la realidad y otro bando que no, bien sea por desconocimiento o por conveniencia.
Desde que el chavismo arribó al poder la política en Venezuela está radicalizada, no hay nada que pueda evitar esta realidad, es el ADN del régimen, de eso depende pues controla a diestra y siniestra los recursos, las instituciones y las armas del Estado, afianza sus lazos internacionales con pares ajenos a la democracia.
No cede espacio, todo aquello que los ciudadanos quitan electoralmente al chavismo lo minimizan, resta competencias y recursos constitucionales, impone poderes paralelos, hostiga, persigue, inhabilita o encarcela a los líderes opositores. Del mismo modo, a la población le fue arrebatado el legítimo derecho a la protesta, cada vez que lo hace es atacada ferozmente por las fuerzas represoras del chavismo, formales e informales, además, el chavismo controla el flujo informativo, constriñe la libertad de pensamiento, expresión, de prensa… ello es radicalización.
Debemos estar claros ¡Evite ser manipulado! Obviamente, más del 90% de la población desea un cambio por la vía electoral, por ello la abrumadora participación en las parlamentarias de 2015 y su contundente mensaje de cambio, la aplastante mayoría opositora, sin embargo, nada ocurrió, la desinstitucionalidad roja rojita aplasta todo lo que contravenga sus intereses.
Ahora bien, cuando hoy indagamos acerca de la intención de voto para las próximas parlamentarias el porcentaje de participación es mínimo, sencillamente no hay que confundir deseo con realidad. La la inmensa mayoría desearía producir un cambio de 180° en la conducción del país por la vía electoral, pero sabe es imposible porque las instituciones públicas “profundamente chavistas” jamás lo permitirán, está tajantemente demostrado. Nada de esto es hipótesis o especulación, es una realidad demostrada, palpable… las contundentes abstenciones en los procesos electorales desde 2017 es la más legítima comprobación.
Toda esto ha impuesto a los venezolanos una dura realidad, un país devastado por sus cuatro costados, victima de un proyecto que en la reforma constitucional de 2007 dijo no quería vivir, para colmo de males, insurge una “extraña” oposición a la oposición, la cual peregrinamente ataca más a la oposición reconocida nacional e internacionalmente que al régimen, además de secundar todas las iniciativas de Maduro e instituciones psuvizadas.
¿Qué se ajusta más a la realidad? no hay nada fácil, lo único 100% cierto es que la vía electoral, aunque deseada por la mayoría de los venezolanos y la comunidad internacional, es inútil, los venezolanos se han dado cuenta. Por tal motivo, son innumerables los escenarios para la solución definitiva del conflicto venezolano, los cuales están en pleno desarrollo. Ante tantas posibilidades la incertidumbre es muy elevada.
De este modo, en Venezuela existen dos tipos de política, la real y la de los soñadores. La primera plantea una lucha radical contra un régimen cada vez más radical, la segunda un más de lo mismo inútil que en cada evento deja un país cada vez más destruido.
Leandro Rodríguez / @leandrotango