Una mujer que se identificó como Daniela Aquino denunció a través de su cuenta personal en la red social Facebook que funcionarios de la Guardia Nacional (GN) y el encargado de la distribución de la gasolina en la estación de servicio PDV de Socopó son los responsables del fallecimiento de su sobrino recién nacido, porque negaron la gasolina a la ambulancia que trasladaría al bebé hasta la emergencia pediátrica del hospital Luis Razetti en Barinas, para atenderle una afección respiratoria que presentó al momento de su nacimiento.
De acuerdo al relato de Daniela Aquino, tía del recién nacido a quien sus padres llamaron Aram Enmanuel, la pareja formada por su hermano Armando Aquino y Yairis Méndez, acudió el 12 de agosto hasta el hospital Dr. José León Tapia de Socopó, capital del municipio Antonio José de Sucre, en el estado Barinas, para atender el parto de Aram, el tercer hijo de la pareja, ambos de 23 años de edad.
Desde su nacimiento por cesárea, el niño presentó problemas respiratorios que le atendieron con celeridad en el centro médico. “Todo el personal se comportó a la altura, tuvieron que oxigenar al bebé de manera manual porque en el hospital no había los equipos necesarios”, dijo Aquino.
Para salvar la vida del niño, según el relato de la mujer, tenían que trasladarlo hasta la emergencia pediátrica del hospital Razetti de Barinas; debían esperar a que llegara la ambulancia, que regresaba de San Cristóbal, de llevar a un paciente.
Daniela Aquino reconoce que el chofer de la ambulancia, a pesar de estar cansado por el viaje y ya muy tarde, amablemente accedió a trasladar al recién nacido, no obstante, había que llenar el tanque del vehículo porque no tenía suficiente gasolina para el recorrido de aproximadamente 85 kilómetros.
Refirió que fue ese el problema que no pudieron superar. Acudieron hasta una de las estaciones de servicio de Socopó a solicitar que surtieran del combustible a la ambulancia, porque se trataba de una emergencia, pero no fue posible que los funcionarios de la Guardia Nacional ni el encargado de la distribución les permitieran el suministro y mientras el chofer del vehículo esperaba su turno, el bebé falleció porque no resistió la afección respiratoria con la que nació.
A través de un contacto telefónico de El Pitazo con el padre del niño, el lunes 16 de agosto, Armando Aquino corroboró la denuncia hecha por su hermana y agregó que su tercer hijo murió porque los funcionarios de la GN, aún con el informe médico y las súplicas de la familia, obligaron al chofer de la ambulancia a hacer la cola en la que estuvo una hora y media, tiempo durante el cual la salud del bebé se agravó y murió.
Crisis hospitalaria
Aquino relató que su hijo murió el día 13 de agosto y que en el hospital el personal hizo todo lo posible por estabilizar al niño para que lo trasladaran hasta Barinas. El médico que lo atendió le suministró oxígeno a través de una pera manual para revivirlo porque en ese centro de salud no había oxígeno ni recursos.
Armando conduce una buseta de transporte público y durante varios meses reunió 120 dólares para comprar todo lo que necesitaba su esposa para que le hicieran la cesárea, “porque la lista es larga y no es fácil reunir ese dinero”, dijo.
De acuerdo con su testimonio, desde hace tiempo, en el hospital José León Tapia no hay nada para atender a las parturientas y cada vez que se acercan al lugar para ver lo que necesitan, la lista va creciendo. “Me pidieron nueve paquetes de gasas y otras cosas que después supe que no las necesitaron”, comentó.
“El día que nos entregaron al niño para llevarlo a Barinas, también nos dieron una bolsa negra con algunas cosas que íbamos a necesitar para entrar al hospital Razetti. En la desesperación no revisamos, pero ya en la casa de nuevo y sin nuestro niño revisamos lo que había y para nuestra sorpresa era un kit con batas, guantes y esas cosas que nos pidieron, pero esta vez nos las donaron”, apuntó.
También denunció que a la gente le niegan las cosas, mientras que hay personal del hospital que vende los kits de parturientas en 60 dólares. “A mí no me lo contó nadie, yo presencié a una enfermera que ofreció los materiales en 60 dólares y hasta los dejaba en 40 si se los daban en efectivo en ese momento que los cargaba en sus manos”, afirmó Aquino.
El joven lamentó que su niño muriera “por la indolencia de unos militares que se creen los dueños del mundo”, pero también porque en el centro de salud no hay insumos ni equipos para atender una emergencia como la de su bebé. Aseguró que acudirá al Ministerio Público a formular la denuncia respectiva, “porque hay que sentar un precedente para evitar nuevas víctimas”.
El Pitazo