La Federación Venezolana de Fútbol (FVF) atraviesa un momento realmente complicado, la muerte del presidente de esa organización Jesús Berardinelli agravó el panorama del balompié nacional, mientras los clubes intentan mantener actividad, con jugadores que en muchos casos, no cobran sueldos.
El deceso de Berardinelli obliga a designar su sucesor este mismo 2020. De hecho, para la FIFA, la FVF no tiene presidente ni vicepresidente, y solo reconoce en el plano dirigencial a su secretario general, Tomás Álvarez.
Ante esta convulsionada actualidad, la designación del sucesor de Berardinelli o el proceso para nombrarlo todavía no está claro. ¿Las opciones? Una Asamblea General para realizar elecciones, consenso o, en último caso, la intervención de la FIFA por intermedio de una comisión normalizadora que mediaría en los conflictos hasta realizar las votaciones.
Esta semana, 20 de las 24 asociaciones estadales que en su momento apoyaron a Berardinelli en su disputa con un sector de los clubes se pronunciaron a favor de respetar los estatutos federativos en la elección del nuevo presidente.
“Veinte asociaciones miembros de la Asamblea General de la FVF acordamos que el camino institucional es electoral”, recalca el comunicado que hace referencia a los artículos 73 y 57 para la convocatoria con al menos un tercio de los miembros de la asamblea, de donde saldrían el nuevo presidente y el vicepresidente.
En el escrito se solicita el permiso al Ejecutivo nacional para realizar el congreso en medio de la cuarentena. Y, precisamente, ese es el argumento que esgrime el otro grupo que hace vida en la FVF: no están dadas las condiciones para celebrar una asamblea presencial debido a la cuarentena y la pandemia, y la alternativa es alcanzar un acuerdo en directorio federativo.
Si la FVF, finalmente, logra activar la Asamblea General, la elección podría realizarse en 26 días, dijo el presidente de la comisión electoral, José Barazarte, a la emisora tachirense Imaginación. No obstante, el pulso se mantiene, y no se vislumbra humo blanco en el despacho de Sabana Grande.
Crónica Uno