Ante la imposibilidad de consumir el agua que sale por las tuberías, además de las fallas en el suministro, las embotelladoras se convirtieron en una alternativa para los carabobeños.
En Naguanagua las ofertas son variadas. Los precios oscilan entre 45 mil bolívares y 160 mil bolívares, dependiendo del sector.
La recarga más económica del botellón de 20 litros de agua, tiene un precio de 45 mil bolívares en la embotelladora municipal Aguas Drácula, ubicada en el sector La Granja de Naguanagua.
La embotelladora municipal Aguas Drácula, en sector La Granja de Naguanagua. (Foto Rosimar Sánchez)
En una embotelladora en la avenida Universidad, el monto de la recarga es de 54 mil bolívares si el cliente lleva la tapa; de lo contrario, el valor se incrementa 10 mil bolívares para un total de 64 mil bolívares.
En la embotelladora Salto Ángel, en el sector Santa Ana, el precio de la recarga se cotiza en 60 mil bolívares.
Otras tarifas
En Ultra Agua Purificada, situada en la estación de servicio Paramacay, ofrecen varias opciones.
La recarga del botellón con 20 litros de agua potable tiene un precio de 60 mil bolívares; 10 litros, 30 mil bolívares; 5 litros, 15 mil bolívares. Entregar los envases con tapa desechable cuesta 9 mil bolívares, pero el monto aumenta a 30 mil bolívares si la tapa es reusable.
Incremento semanal
De todos los sitios recorridos, se constató que en la embotelladora Acoagua, en Guayabal, el líquido se comercializa a un precio más alto. 160 mil bolívares pagan las personas por la recarga del botellón.
Vecinos del lugar afirmaron que el agua procesada en el lugar es de buena calidad.
Sin embargo, rechazaron que cada semana aumentan el monto. Indicaron que a inicios de agosto, la recarga del botellón estaba en 100 mil bolívares.
El equipo de El Carabobeño se comunicó con funcionarios de la Alcaldía de Naguanagua, quienes indicaron que la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos de Venezuela (Sundde) es el organismo autorizado para velar por el cumplimiento de precios justos.
Pozo de agua en La Cidra. (Foto Archivo)
Pozos profundos
Antonio Araujo, vecino de Naguanagua, comentó que su sueldo como profesor no le alcanza para comprar 20 litros de agua cada dos días, por lo que opta por acudir a lugares donde el líquido no se comercializa.
Araujo frecuentemente visita la calle San Juan, en una zona conocida como La Cartonera, donde la Hidrológica del Centro (Hidrocentro) recuperó un pozo de agua profunda y algunos vecinos permiten a otras personas recolectar, sin costo alguno, el agua que no sale por los grifos o en su defecto, llega muy sucia.
El Carabobeño