Es imprescindible que para que una democracia funcione, se necesita que en un país impere el Estado de Derecho. Esto es simple. El Estado obliga a sus ciudadanos únicamente al cumplimiento de leyes promulgadas legalmente y que, además, exista una separación de poderes entre las distintas instituciones del Estado, de tal forma que ninguna persona, sea de la condición social, política o raza, esté por encima de la ley.
En Venezuela, esto está contenido en la Constitución nacional, específicamente, en artículo 2 que establece: “Se constituye en un Estado democrático y social de derecho y de justicia que, propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y, en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político”.
En ausencia de un verdadero Estado de Derecho es muy difícil que subsista un sistema democrático y, más tarde o más temprano, lo que surge son dictaduras que manipulan y controlas las instituciones y violentan los derechos de los ciudadanos. En esta realidad se encuentra Venezuela.
La situación país se complica aún más con la permanencia de muchos presos políticos, la inflación indetenible, la escasez y el desabastecimiento de bienes de todo tipo y el alto deterioro institucional generalizado del sistema judicial. Esta realidad bizarra solo encontró un contrapeso. La Asamblea Nacional, pero fue atropellada, minimizada e irrespetada cada una de las decisiones tomadas en el seno del hemiciclo, aún siendo la única instancia de gobierno, electa por voto popular, con legitimidad de origen y con reconocimiento internacional.
En este momento coyuntural donde el debate parece centrado en participar o no en las elecciones fraudulentas del 6 de diciembre, solo les puedo decir que, sin condiciones, no hay elecciones. Usted podrá votar, más no, elegir.
Esto solo se podrá alcanzar mediante la instauración de un gobierno de emergencia nacional, en donde las principales funciones sean: Atender la emergencia humanitaria compleja, reinstitucionalizar el país para que nos lleve a unas elecciones presidenciales realmente libres y lograr la confianza de nuevo en Venezuela por parte de los inversionistas mediante la recuperación del Estado de derecho.
José Antonio Robles / @partidountzulia