Enséñame a pensar y poder accionar, y solo así desarrollaré mi inteligencia, mi memoria y mis movimientos…
A quienes señalan con frecuencia las cualidades y aciertos, no solo los errores o defectos, a quienes animan a esforzarse y a dar siempre lo mejor de cada uno.
A lo largo de la vida, nos encontramos con personas que te marcan. Personas que dejan huellas y que tienen cierto nivel de influencia en la formación policial. Son esas personas, que se esfuerzan por entregarte las herramientas necesarias, para que emprendas un largo camino, aquellas que trabajan diariamente para enseñarte lo que debes saber.
Quiero agradecer a todos esos instructores, quienes día a día forman y creen en cada uno de los que en la fila están. A quienes valoran y al mismo tiempo exigen, pero no por ser estrictos, sino porque solo así, puedes aprender a exigirte aun más de lo que debes dar y entregar lo mejor en cada tarea cumplida. Quiero agradecerles, porque se esfuerzan arduamente para enseñar aquello que con tanto esfuerzo tuvieron que aprender para poder vivir de su vocación, en ocasiones menospreciada. Quiero agradecerles a todos esos policías, aquellos que jamás se rinden, los que no dejan de lado a ningún discente porque no aprende, a los que jamás bajan los brazos o desgastan su profesión, quiero agradecerles porque tenazmente desafían la constancia y el valor.
El correr, trotar, firme, de pie, marchen, combinados navales, el himno, la bandera, las lacrimógenas, el sueño, la sed, el hambre, la pared, los desmayos, las pruebas de tiro, las abdominales, nadar, sumergirse, trotar, correr y marchar forma parte del día a día para los aspirantes a policía. Todos por el mismo sueño, todos con la misma vocación de llegar a servir y proteger.
Los que formamos parte de esta hermosa profesión le damos gracias a Dios porque simplemente somos hechos para esto, nuestra madera es netamente policial y nuestro espíritu fortalecido posee coordenadas especificas ante los peligros y desafíos que podemos enfrentar. Realmente el ser policía no es cualquier cosa, es una profesión que simplemente marca tu vida. Gracias a todos esos instructores que de una u otra forma colaboran de manera directa o indirecta en la formación policial.
Gracias al Supervisor Franklin Linares porque me inspira, porque en estos 10 años he aprendido a confiar en mí, en potenciar aún más mi vocación y en ser mejor persona, gracias por terminar de pulirme, por enseñarme a mejorar las técnicas, por fortalecer mi carácter, por guiarme hacia el camino de lo correcto, por ser parte de mí y de mi familia. Por enseñarme que con esfuerzo se logran las mejores cosas, que el sacrificio es la ofrenda en señal del reconocimiento y el valor es la cualidad atribuida a mi propia acción, a todos mil gracias.
Dra. Desireé Parra / @desireeparraf