El británico Lewis Hamilton (Mercedes), líder destacado del Mundial de Fórmula Uno y seis veces campeón mundial afronta en el próximo Gran Premio de Rusia una cita con la historia: la posibilidad de igualar los 91 triunfos del alemán Michael Schumacher, si se impone en el circuito de Sochi.
El piloto inglés, que camina con paso de hierro hacia su séptimo mundial, título que también le permitiría igualar al ‘Káiser’ alemán que dominó el campeonato entre 2000 y 2004 con dos triunfos previos en 1994 y 1995, tiene en Sochi su primera oportunidad de ponerse en el punto más alto de la historia: la posibilidad del triunfo 91.
Dos años más joven -Hamilton tiene 35 años por los 37 que tenía Schumacher cuando alzó los brazos por última vez, en el GP de China disputado en Shanghái en octubre de 2006-, el británico aspira a superar la plusmarca del hasta ahora piloto más laureado de la historia, pero antes deberá igualarla este fin de semana en Sochi.
Y no hay mejor circuito para hacerlo que el trazado a orillas del Mar Negro, un circuito que forma parte de la sede olímpica de esta ciudad balneario rusa que acogió los Juegos Olímpicos de Invierno en 2014 y que solo tiene un dueño en las seis ediciones que ha protagonizado en el ‘Gran Circo’: Mercedes.
Cuatro triunfos para Hamilton (2014, 2015, 2018 y 2019), uno del alemán Nico Rosberg (2016) y otro del finlandés Valtteri Bottas (2017) son todo el palmarés del Gran Premio de Rusia, copado de principio a fin por las ‘flechas plateadas’ de Mercedes, que solo han dado su brazo a torcer en dos ‘pole position’, la del año pasado que se llevó el monegasco Charles Leclerc (Ferrari) y la de 2017 que ganó su compañero alemán Sebastian Vettel. Pero nunca han dejado escapar la victoria, y la de este domingo es más especial.
«Nunca he sido una persona de récords. Pero por supuesto, cuando mi nombre es mencionado al lado de una persona que he crecido viendo, pienso: ‘guau’. Tengo que dar un paso atrás y analizar lo que realmente significa, creo que estos récords me dan una plataforma para hablar de cosas que cambian las vidas de la gente», afirmó Hamilton esta semana en declaraciones a un patrocinador, en referencia a su activa postura contra el racismo.
La incidencia en el activismo social del de Stevenage (Reino Unido), destacado impulsor del movimiento ‘Black Lives Matter’ (‘Las vidas negras importan’) y elegido recientemente entre las cien personas más influyentes del planeta por la revista ‘Time’, no hace que descuide su dominio del campeonato.
Viene de ganar el Gran Premio de la Toscana, acumula seis victorias de nueve posibles y es líder destacado con 190 puntos, 55 más que su compañero Bottas y 80 por encima del neerlandés Max Verstappen (Red Bull) que cuenta sus dos últimas carreras por abandonos.
Pero no solo sufre Verstappen. Los Ferrari de Leclerc y Vettel apenas han sumado cinco puntos entre los dos en las dos últimas carreras (doble abandono en Monza, y octavo y décimo en Mugello) en una temporada que claramente es de transición para la escudería italiana, si no cambian mucho las cosas en lo que queda de curso.
Todo lo contrario para los equipos de la zona media, donde la pelea es más entretenida que nunca con McLaren (tercero en el Mundial de Constructores con 106 puntos), Racing Point (92), Renault (83) y AlphaTauri (53), esta última beneficiada por la loca carrera de Monza, que acabó con el triunfo del francés Pierre Gasly.
El español Carlos Sainz (McLaren) al que apenas faltaron unas vueltas para dar caza a Gasly en Monza, pasó de las mieles de un segundo puesto agridulce al terror del accidente múltiple en el que se vio involucrado en Mugello, después de un reinicio de la carrera tras un coche de seguridad en el que Bottas aceleró tarde y se produjo un estrechamiento de espacios entre coches que acabó con el madrileño chocando de forma frontal con el Alfa Romeo del italiano Antonio Giovinazzi, una de las peores experiencias de su carrera.
«Lo más importante es que todo el mundo acabó ileso, pero estoy seguro de que lo discutiremos todos juntos en Rusia para entender qué ocurrió y acordar cómo podemos evitarlo en el futuro», señaló Sainz esta semana en declaraciones facilitadas por McLaren.
Sochi es un buen lugar para el español, que ha sumado en dos de sus últimas tres visitas (sexto el año pasado y décimo en 2017 con Toro Rosso) y busca que la fortuna, la mecánica y la estrategia colaboren con su pilotaje para encadenar más puntos de forma consecutiva, ya que entre unas cosas y otras se ha dejado cuatro carreras sin puntuar, mientras que su compañero británico Lando Norris solo ha quedado en una prueba sin botín y es cuarto del Mundial con 65 puntos por 41 del madrileño, ambos en la apretada zona media.
En esa misma zona, el mexicano Sergio Pérez (Force India) aspira a seguir sumando puntos y méritos, sabedor que no continuará la temporada que viene en la escudería, a la que llega un tetracampeón como Vettel en 2021, cuando se llamará Aston Martin. El tapatío, que de momento no tiene «plan B» para el próximo año, logró en Rusia 2015 uno de los ocho podios de su carrera, cuando fue tercero.
Sochi, un circuito de 5,848 kilómetros, con dos largas rectas, curvas de velocidad media y que teóricamente genera poca degradación de neumáticos, recibirá a los monoplazas equipados con neumáticos Pirelli C3 (duro, color blanco), C4 (medio, amarillo) y C5 (blando, rojo), una combinación más blanda, y por lo tanto más rápida que otros años.
El pronóstico meteorológico anticipa una posibilidad de lluvia en la clasificación del sábado pero el augurio apunta a un momento histórico: el de Hamilton igualando las 91 victorias de Schumacher, una plusmarca considerada imbatible que el británico podría alcanzar este domingo. Una cita con la historia en Sochi.
EFE