La política de confiscación de tierras afectó más de 4.000.000 de hectáreas productivas desde su inicio en el 2007, la destrucción sistemática del campo, la falta de energía eléctrica, las extorsiones, el abigeato, la inseguridad de las personas y sus bienes, la inseguridad jurídica, la falta de insumos agropecuarios y ahora la falta de combustible, hacen de la actividad agropecuaria de Venezuela una proeza heroica.
La implantación del modelo Cubano por parte del régimen ha destruido la economía Venezolana; con un severo impacto en los productores del campo, hasta llegar al deteriorado salario de los trabajadores disminuyendo la capacidad de compra de la población y afectando el mercado interno.
En América Latina y especialmente en Venezuela, los productos carnicolas son los más baratos del mundo, comparados con los estándares internacionales y el ingreso de los Venezolanos esta tan deteriorado que no pueden comprarla. Esta ventaja comparativa no ha sido aprovechada para desarrollar una política que favorezca tanto a los productores como a la población en general.
Venezuela de acuerdo a su densidad poblacional debería contar con un rebaño de 25.000.000 de reses, se estima que solo contamos con 9.000.000 en la actualidad. Por ejemplo la referencia de Colombia es que incremento en 855 % su exportación de carne hacia los mercados orientales: Irak, Egipto, Jordania y el Líbano, con una orientación favorable a los intereses de la producción y del país en general. La comparación resulta realmente escandalosa cuando observamos un sector protegido y estimulado en Colombia y en el caso de Venezuela a merced del infortunio: “Sálvese quien pueda”.
Un equipo de enchufados del régimen han iniciado grandes exportaciones sin compensación alguna a los productores Venezolanos. Recientemente adquirieron la producción de los 10 mataderos más grandes del país, a 0.90$ el kilo y la venden en los mercados de Irak a 2.80$, relacionando los gastos operativos, les generan una ganancia de 1.30$/Kg, es decir compran a precio de vaca flaca a los productores internos y los exportadores enchufados se ganan una montaña de $ sin ningún incentivo a la producción nacional, golpeando la soberanía alimentaria, acelerando la disminución de los rebaños además de las cantidades de trabas que les imponen para reponerlos. La exportación con orientación de saqueo baratero empobrece a los productores y a la población en general, este régimen indolente y criminal aporrea a los productores, los estigmatiza calificándolos de oligarcas mientras ellos se enriquecen con prácticas de economía de puerto aprovechando el esfuerzo de los productores, el sacrificio de los venezolanos y aparentando en el exterior que somos un país con capacidad exportadora.
Dios bendiga a nuestros heroicos productores agropecuarios.-
José Luis Pirela / @joseluispirelar