Personal de salud de Perijá, estado Zulia, tiene 21 días sin surtirse de combustible. Los retrasos en el suministro ocasiona que no puedan cumplir con su guardia en medio de la cuarentena por COVID-19 en centros de salud de la zona, denunciaron varios integrantes del referido personal este 12 de septiembre.
Médicos, enfermeras y camilleros de la maternidad Juan Gil y los Centros de Diagnóstico Integral Ilapeca y San Andrés, en La Villa del Rosario, reportan fallas en el despacho desde agosto y piden a las autoridades que prioricen al sector salud en el despacho de gasolina para poder ir a trabajar.
A través de sus redes sociales, los trabajadores de la salud de la subregión Perijá hicieron públicas sus denuncias sobre el poco suministro de gasolina que hay para el sector salud, el cual está priorizado en el Zulia desde que se inició la cuarentena en marzo.
El exdirector del ambulatorio de Barranquitas y médico especialista Jaime González explicó que la Maternidad Juan Gil cuenta con 64 trabajadores que necesitan combustible para el traslado al centro de salud. Eran 16 vehículos atendidos con la planificación que llevaba el 122 Batallón de Caribe.
«Yo soy el médico de guardia y este sábado 12 de septiembre no pude llegar a la maternidad por falta de combustible. No obstante, según el cronograma, debía tener acceso al suministro de gasolina. Debimos ser atendidos en la estación asignada y nos negaron el suministro”, aseguró González.
El especialista señaló que el personal de Juan Gil está a la espera por el suministro de gasolina para poder cumplir con sus guardias en el centro de salud y atender a los pacientes de la zona.
A Peralta se le ha hecho imposible seguir realizando su labor: «No he podido salir a supervisar más los puestos de vacuna y no he podido viajar a Maracaibo a retirar producto biológico porque no dan respuesta sobre la gasolina».
Los trabajadores de la salud de Perijá señalan que cada vez es más difícil surtirse de gasolina y en algunos casos, cuando no pueden surtir, se han ausentado al menos un día de sus ocupaciones.
Por su parte, Alfredo Noa, médico del Centro de Diagnóstico Integral Ilapeca, informó que tanto él como sus compañeros del CDI San Andrés no han sido atendidos. A pesar de estar aislados atendiendo a pacientes con COVID-19, son sus familiares quienes deben proveerles de alimentos y ropa a diario por la falta de gasolina.
Érica Báez, trabajadora del hospital Nuestra Señora del Rosario, solicitó que se tomen en cuenta para el suministro de combustible a trabajadores de diferentes servicios, ya que, asegura, son los directivos de cada centro de salud quienes elaboran una lista del personal que necesita combustible y se la entregan a las autoridades encargadas del despacho. «Son estas las que administran el recurso, pero las veces que atienden, solo benefician al mismo grupo», indicó.
El Pitazo