El último cargamento masivo con 4.200 kilos de cocaína, arribó esta mañana a Vigo, España en un barco prestador de servicios con bandera togolesa, lugar donde miembros de la Policía Nacional y del Servicio de Vigilancia Aduanera detuvieron a 16 tripulantes: “Todos bangladesíes además de uno de Vigo”.
Una vez en tierra, los funcionarios detuvieron a 12 personas diferentes e interceptaron 4 de sus lanchas rápidas (con tres y 4 motores) en naves enganchadas a la costa.
Entre los muchos detenidos hay viejos conocidos de la policía, dos hermanos de Santorum y el empresario Braulio Vázquez, que pertenece a una casa dedicada a la terapia del aluminio, quienes son las segundas generaciones de narcotraficantes gallegos, “muy asentados desde hace una década”, aseguran los investigadores quienes reportan que el narcotráfico no solo no ha parado, sino que “está más cómodamente asentado mientras que muchas patrullas y tropas se dedican a garantizar el cumplimiento con el estado de alarma establecido por la pandemia”.
El barco cargó las drogas frente a las costas de Venezuela y su lugar de vacaciones por excelencia fue Vigo, «pero los minoristas lo tienen mucho más simple porque si ven problemas aquí, simplemente descargan dentro de los Países Bajos”, aclaran los investigadores. Continúa la denominada Operación Burro, coordinada por la sala de audiencias número 3 de Vigo. Los corredores están satisfechos de que detrás de este cargamento pueda haber “un grupo robusto de narcotraficantes gallegos”.
“Solo hemos capturado a los barqueros, pero este cargamento pertenece absolutamente a los mismos que despacharon el uno hace varias semanas”, dicen los investigadores.
Los corredores que luchan contra el narcotráfico, y que advirtieron cómo a finales del año pasado llegó a la costa gallega el primer narcosubmarino de Europa con 3.000 kilos de cocaína a bordo, se niegan a hablar de un resurgimiento del narco gallego: “De ninguna manera se ha detenido”, están diciendo. “Con solo los palos que damos, lo que entra tiene que ser mucho más”, estiman, y advierten: “Ahora, además de los barcos prestadores de servicios, también usan veleros, aprovechando que la temporada de huracanes ha terminado y empujada por los vientos comerciales”.
Primer Informe | Con información de Pledge Times.