Los familiares y pacientes de diálisis de la subregión Perijá denuncian retrasos en el despacho de gasolina, situación que les impide cumplir sus sesiones de diálisis. Aseguran que desde el inicio de la cuarentena el panorama es peor y en múltiples ocasiones deben comprar combustible en dólares en el mercado negro para trasladarse a centros de salud.
Los afectados señalan que el 26 de agosto, el gobernador del Zulia, Omar Prieto, durante una visita a Machiques, luego de una protesta por parte de los pacientes, ordenó atender y abastecer con combustible a los pacientes crónicos como sector priorizado; sin embargo, la orden se cumplió a medias, porque el lunes 7 de septiembre solo recibieron 40 litros para viajar 3 veces por semana.
La semana pasada, 17 enfermos renales perdieron sus sesiones de diálisis, debido a la falta de gasolina en la región, motivo que obligó el lunes 7 de septiembre al Centro de Diálisis a realizar una jornada especial de cuatro turnos para atender 24 pacientes en un solo día.
José Luis Espluga, padre de una paciente renal, comentó que, en total, el centro cuenta con tres turnos los días lunes, miércoles y viernes y otros tres los martes, jueves y sábados. En cada uno hay aproximadamente 10 pacientes que requieren recibir el tratamiento.
El familiar indica que las autoridades han dejado de darles un trato preferencial en las estaciones de servicio. “Nosotros, como dolientes de nuestros seres queridos, hacemos lo imposible para llevar a los pacientes a recibir el tratamiento; en reiteradas ocasiones toca comprar combustible en el mercado negro”.
Un enfermo renal que prefirió no identificarse señaló que este lunes, luego de 12 horas de espera en la estación de servicio El Trébol en Machiques, les surtieron 40 litros de gasolina, “pero eso no nos alcanza para nada. Para ir tres veces al tratamiento y si tenemos que movilizarnos por emergencias. Por Dios, saquen cuentas, la unidad de diálisis está aproximadamente a unos 40 o 50 minutos del municipio y debemos ir tres veces por semana y el apoyo lo hacen de vez en cuando cada ocho días».
El Pitazo