Los brutales incendios forestales que asolan partes de California (de los peores en su historia reciente), Washington y Oregon han quemado más de 8.000 kilómetros cuadrados de terreno, estableciendo nuevos récords de destrucción, según el departamento de bomberos del estado de California. El humo de los incendios ha sido tan intenso que este miércoles el cielo sobre San Francisco, la ciudad del Golden Gate, se ha teñido de un color naranja, dejando imágenes apocalípticas.
La razón por la cual se da este fenómeno es porque la niebla y el aire frío provenientes del océano impiden que el humo (impulsado por aire caliente) llegue al suelo, y lo mantienen en una capa superior de la atmósfera, y este a su vez se encarga de tapar la luz solar.
Más de cuarenta incendios se mantienen activos en California, veinte de ellos catalogados por las autoridades de «grandes fuegos», en la peor temporada registrada en ese estado hasta la fecha. En total, la zona ha registrado más de 7.600 incendios desde que comenzó el año y hasta septiembre ya ha arrasado más de 930.000 hectáreas y emitido enormes cantidades de humo a la atmósfera.
Estas cifras toman mayor relevancia comparándolas con las del año pasado, ya que en todo 2019 se declararon menos de 5.000 incendios, que quemaron 118.000 acres, es decir 47.000 hectáreas. El gran temor de las autoridades es que estos números se han alcanzado incluso antes de la que en los últimos años venía siendo la «temporada» de incendios, entre octubre y noviembre, y que este año se espera que sea especialmente peligrosa a causa de la extrema sequedad.