Un hombre fue degollado en la población de Cordero, Táchira, y con su sangre dejaron una pinta en la pared que daba cuenta de la motivación criminal: “Por sapo”.
El horrendo crimen del joven Luis Miguel Salazar Soto se perpetró en su propia cama de la residencia ubicada en la Avenida Eleuterio Chacón de la localidad de Cordero, municipio Andrés Bello.
Allí fue localizado el cadáver en horas de la mañana del pasado viernes por familiares al ver que la puerta que da a la calle estaba abierta.
En la población de Cordero hay consternación por lo dantesco del crimen y circulan conjeturas de diversa naturaleza. Algunas de ellas, en el sentido que pudiera tratarse de una venganza, otra colocan el hecho en el campo de los ritos satánicos, y hasta se habla de discusión con amigos, con quien la víctima estaba ingiriendo licor en su residencia, y estos lo asesinaron para robar sus pertenencias.
Localizan el cadáver
Las autoridades policiales mantienen silencio en relación al caso y se abstienen de hacer comentarios. No obstante se sabe que la víctima respondía al nombre de Luis Miguel Salazar Soto, de nacionalidad venezolana y 29 de edad, obrero, que para el momento no contaba con un empleo fijo, lo que le obligaba a realizar diferentes actividades. Era conocida como una persona honesta y trabajadora.
El cadáver fue encontrado a eso de las siete y media de la mañana del viernes, por un hermano de la víctima, que salió a laborar y notó que la puerta del apartamento de Luis Miguel, que habitaba en el segundo piso, se encontraba abierta, de par en par. Eso le causó extrañeza. De manera rápida subió por las escalinatas para llegar hasta el apartamento de su hermano y se encontró con una terrible escena. El joven obrero estaba muerto sobre su cama y el apartamento se encontraba en el más absoluto desorden. Había sangre por todos lados.
El hombre observó el cadáver del joven y despavorido salió a la calle en busca de auxilio. Los vecinos acudieron a sus gritos, y avisaron a Protección Civil Andrés Bello que envió paramédicos y una unidad ambulancia. Lamentablemente nada se podía hacer por ayudar a Luis Miguel, que se encontraba sin signos vitales. Fueron los mismos paramédicos quienes hicieron notificación a la policía, de manera que comisiones de Politachira se presentaron minutos después en el lugar de los hechos, una vivienda de dos plantas marcada con el No. 15-51, de la Avenida Eleuterio Chacón, frente al colegio María Auxiliadora.
Cuando los funcionarios ingresaron al lugar no podían dar crédito a lo que veían sus ojos, ante lo dantesco de la escena. En el dormitorio, sobre la cama, yacía el cadáver de Luis Miguel Salazar Soto y una extensa y profunda herida en la garganta. También se le observa heridas de arma blanca en el pecho. Sobre el cadáver fue lanzado un manojo de naipes. Rápidamente y muy impresionados, los funcionarios salieron de la casa y cerraron la puerta, en espera de las comisiones Contra Homicidios del Cicpc – Táchira, que advertidos de la situación llegaron en varios vehículos. Inmediatamente ingresaron al inmueble, escena del crimen.
Conocidos de la víctima
En el sitio de los hechos y ante la ausencia de información por parte de las autoridades, se conoció la versión aportada por familiares del finado. Este en horas de la tarde noche fue visto en su casa con dos hombres jóvenes, al parecer amigos de la víctima, con quienes ingería licor y jugaba a los naipes y al dominó. Estos hombres fueron visualizados por varias personas que no le prestaron mucha atención. Aun avanzada la noche se escuchaba la música y la bulla que había en el apartamento. De pronto el silencio. No se sabe con exactitud la hora en que ocurrió el crimen. Tal vez en horas de la madrugada cuando el ahora occiso dominado por el sueño y el licor, optó por dirigirse a su dormitorio y eso fue aprovechado por los asesinos, que ingresaron al lugar para causarle la muerte.
Todo ocurrió en el más absoluto silencio. Nadie escucho gritos, ni ruidos extraños, ni siquiera los familiares que habitan en la planta baja. Se cree que después de cometido el homicidio los delincuentes se dieron a la tarea de revisar todo en busca de objetos de valor, dinero, prendas y equipos, las gavetas abiertas y revueltas, así como los espacios vacíos en los lugares donde antes había objetos, así lo demuestran.
Llama la atención de este crimen fue la saña de los criminales. Había sangre por toda la casa, y lo que más impresionó fue un letrero escrito en una de las paredes, con sangre del obrero ultimado: “Por Sapo”, decía.
Sin pistas
Los detectives del Cicpc permanecieron por varias horas en el interior del apartamento, realizando su trabajo, buscando rastros, indicios, para identificar a los responsables del atroz crimen. Tras proceder al levantamiento del cadáver, lo subieron al vehículo del Cicpc, en el cual varios funcionarios partieron con destino a la morgue del Hospital Central, en tanto que otros tomaron diferentes rumbos, hacia diferentes puntos de Cordero. Ningún comentario por parte de eso funcionarios policiales. Uno de ellos apenas alcanzo a decir: “Nuestro trabajo está apenas empezando y no tenemos nada”. Y se marchó buscando la vía a San Cristóbal.
En el pueblo quedaron los vecinos consternados. Es una venganza y por eso el escrito con sangre en la pared, decían unos y otros argumentaban que se trataba de un robo.
De momento los investigadores no cuentan con una hipótesis y están en la etapa en que nada es descartable. Los familiares de Luis Miguel fueron trasladados a la sede del Cicpc para ser entrevistados. También se solicitó la presencia de algunos vecinos. Es importante saber quienes eran los amigos que estuvieron la noche del jueves en el apartamento del ahora occiso. Son los principales sospechosos.
La Nación