La joven promesa del tenis femenino, que no perdió un set durante el torneo de tierra batida, es la ganadora más joven desde que Mónica Seles levantó la Copa Suzanne Lenglen en 1992 y la primera en hacerlo sin conceder un set desde que lo hiciera la belga Justine Henin en 2007.
«Estoy tan feliz. Estoy tan feliz de que mi familia finalmente estuviera aquí. Fue abrumador para mí», aseguró la jugadora.
Hasta ahora, Swiatek es la tenista número 54 del mundo, lo que la convierte en la jugadora con el ranking más bajo en ganar el título femenino del Roland Garros desde que se introdujeron las clasificaciones de la Women ‘s Tennis Association, en 1975.
«Hace dos años gané un Grand Slam junior y ahora estoy aquí. Se siente como un tiempo tan corto. Estoy abrumada», dijo la jugadora, quien finalizado el partido corrió a las gradas a abrazar a su familia.
Tras un empate, en el segundo set, Swiatek presionó hasta hacerse con él
En la primera manga, la joven promesa dictó la ley en la Philippe Chatrier, prácticamente desierta debido a la pandemia. Iniciada la segunda ronda, con 2-1 a favor de la polaca, Kenin solicitó la asistencia de un fisioterapeuta. Sin embargo, a su regreso ya apenas pudo competir.
La polaca dio arranque con un 3-0 de inicio y, aunque en un golpe de orgullo reaccionó Kenin para empatar 3-3, la presión no se redujo y la estadounidense se encontró en apuros para detener a la polaca, que no paró hasta hacerse con el set.
Kenin buscaba un segundo título importante después de ganar el Abierto de Australia en el mes de enero.
Sin la ganadora del año pasado y número 1 del mundo, la australiana Ashleigh Barty, quien prefirió no competir este año debido a los riesgos por el Covid-19; y sin la japonesa Naomi Osaka, ganadora del Abierto de Estados Unidos, el camino quedó allanado para que Swiatek emergiera como una estrella ascendente.
France24 con Reuters y EFE