Durante las últimas horas, la controversia se ha centrado en las distintas informaciones que apuntaban a que, o bien apenas tenía síntomas, ergo estaba «muy bien», o que realmente sí estaba sufriendo la enfermedad, tras su ingreso en el hospital Walter Reed, donde ha estado recibiendo el polémico antiviral Remdesivir y el tratamiento experimental Regeneron.
El médico presidencial Sean Conley reconoció que el mandatario había mostrado niveles de saturación de oxígeno por debajo del 94% durante el viernes y el sábado, algo que llegó a preocupar al personal de la Casa Blanca. Si bien, «esos niveles nunca cayeron por debajo del 90%».
La saturación de oxígeno en sangre es un marcador de salud clave para los pacientes con Covid-19. Una lectura normal está entre 95 y 100. Una caída por debajo de 90 es preocupante. Las personas con el virus no siempre se dan cuenta de que sus niveles de oxígeno son bajos hasta que son hospitalizados.
Presionado en rueda de prensa, el médico Conley reconoció que «estaba intentando reflejar la actitud optimista del equipo y al hacerlo, parecía que estábamos tratando de ocultar algo, lo cual no era necesariamente cierto. El hecho es que lo está haciendo muy bien».
Posible alta hospitalaria para este lunes 5 de octubre
Lo cierto es que, a pesar de los episodios de días anteriores, la situación clínica general del mandatario parece haber mejorado significativamente en las últimas 24 horas, algo que ha hecho aventurarse a los médicos al asegurar que podría ser dado de alta este mismo lunes 5 de octubre. El presidente Donald Trump contaría ahora con un nivel de saturación de oxígeno en sangre del 98% y no tendría más fiebre.
Brian Garibaldi, uno de los miembros del equipo médico del hospital militar en el que se encuentra, indicó este domingo en rueda de prensa desde el Walter Reed que, si Trump mantiene su actividad, movilidad y no presenta problemas respiratorios, «podría ser dado de alta mañana».
«Nuestro plan es que esté fuera de la cama todo lo posible para que tenga movilidad y, si sigue sintiéndose bien hoy, nuestro plan es que pueda ser dado de alta mañana y volver a la Casa Blanca, donde continuará con su tratamiento», detalló Garibaldi.
El jefe de Estado estadounidense recibirá este domingo la tercera dosis del antiviral Remdesivir, dentro de un plan de cinco días, mientras que el viernes le fue suministrado un cóctel de anticuerpos de la farmacéutica Regeneron. Desde el centro médico se aseguró que están vigilando las funciones cardíacas, hepáticas y los riñones de Trump y la evaluación muestra «hallazgos normales o mejorados».
Por ahora, no habrá transferencia de poder a Pence
Ante este cuadro, la transferencia de poder al vicepresidente Mike Pence por la convalecencia de Trump en medio de las presidenciales «no está sobre la mesa», según el asesor de Seguridad Nacional Robert O’Brien, que así lo afirmó a CBS News.
O’Brien detalló que Trump recibirá informes de inteligencia y seguridad por vía remota durante el domingo y que no hay necesidad de considerar la delegación de poder (contemplado en la Constitución), ya que «está firmemente al mando del Gobierno del país».
El ingreso y la recuperación del mandatario podría condicionar la campaña electoral de cara a las elecciones presidenciales previstas para el próximo 3 de noviembre, que enfrentan al republicano Donald Trump con el exvicepresidente demócrata Joe Biden.
Muestras de apoyo de sus incondicionales y rivales políticos
Cientos de incondicionales votantes del presidente de Estados Unidos se congregaron frente al hospital para mostrarle su apoyo, aunque sin respetar las distancias de seguridad y negando a la vez la gravedad de la epidemia. Del mismo modo, sus rivales políticos dejaron de lado las rencillas para desearle una pronta recuperación.
Más allá de los simpatizantes del Partido Republicano, a los que el presidente dedicó su primer tuit del domingo con un agradecimiento a los «grandes patriotas estadounidenses», los principales líderes del Partido Demócrata también han mostrado sus inquietudes por la salud del jefe del Estado y le han expresado su deseo de recuperación. Joe Biden, su propio rival demócrata, publicó un mensaje en el que él y su mujer Jill le deseaban una «pronta recuperación».
Sin embargo, el político también dejó deslizar su postura mostrando su deseo de que todas las personas afectadas por el coronavirus en el país se recuperarán pronto y recibirán la atención que necesitan, en un encubierto dardo a la defensa demócrata de un sistema sanitario que no excluya a los más necesitados.
France24 con AP y EFE