Madrid se despertó el sábado en su primer día de confinamiento parcial, con la policía controlando las entradas y salidas de la capital de España, que se ha convertido en el epicentro de la segunda ola del coronavirus en Europa.
La cuarentena de dos semanas impuesta por el gobierno nacional a un reacio ejecutivo regional comenzó a las 22:00 horas del viernes. Las medidas afectan a alrededor de 4,8 millones de personas. Se prohibió cualquier desplazamiento no esencial dentro o fuera de la ciudad y de nueve de sus suburbios. Los restaurantes deben cerrar a las 23:00 horas y los comercios a las 22:00 y su aforo quedará reducido al 50%.
El presidente del gobierno, el socialista Pedro Sánchez, dijo que estas medidas eran “críticas” para frenar el repunte de los casos y evitar que se repitan las horribles escenas de marzo y abril, cuando los hospitales estaban desbordados con pacientes moribundos.
Aunque las restricciones son leves comparadas con el confinamiento obligatorio decretado en todo el país en la primera ola de la pandemia, han desatado una feroz batalla política entre la coalición de centroizquierda encabezada por Sánchez y la de centroderecha que dirige Madrid.
El gobierno de Madrid, presidido por Isabel Díaz Ayuso del conservador Partido Popular, dijo que aplicaría las restricciones, pero a su vez presentó un recurso ante la Audiencia Nacional con la esperanza de anularlas. Ayuso y los consejeros regionales han señalado que las restricciones provocarían “caos”, dañarán una ya debilitada economía, además de violar su jurisdicción como autoridades locales.
El mensaje de Ayuso ha llegado hasta algunos residentes que consideran que el tema tiene más que ver con la política que con la salud pública.
Para Ángel Davila, de 52 años y quien es ingeniero en la estación de tren Atocha, las cosas se han ido al extremo. Dijo que no cree que las medidas sean las correctas, alegando que no se basan en la información médica. Destacó que actualmente es algo político más que cualquier otra cosa.
Sin embargo, los expertos de salud han pedido a Madrid que tome medidas más estrictas durante algunas semanas, pero el director de salud de la capital española, Enrique Ruiz Escudero, alegó que no son necesarias.
El Ministerio de Salud ordenó que se cumplan las restricciones del gobierno luego de que la ciudad de Madrid se negó a aceptar dictar un conjunto de medidas sanitarias cuando ciudades con 100.000 personas o más necesitaran frenar la propagación del virus. Las medidas fueron aprobadas por la mayoría de las autoridades de salud de las 19 regiones de España y ciudades autónomas, con Madrid entre la minoría que se opuso a ellas.
Las órdenes del gobierno permiten que la gente cruce las fronteras municipales únicamente para ir a trabajar, a una cita médica, diligencias jurídicas o citas con una dependencia gubernamental.
La región ya había implementado medidas similares a zonas específicas y limitado las reuniones sociales a un máximo de seis personas, pero las infecciones siguieron aumentando.
Madrid lidera el resurgimiento del virus en España, que tiene la mayor cantidad de casos confirmados de Europa, con 770.000 desde que empezó la pandemia.
La capital registró el jueves una tasa de infecciones de dos semanas de duración de 695 casos por cada 100.000 habitantes, más del doble de la media a nivel nacional de 274 casos, y siete veces más del promedio europeo, que se mantuvo en 94 por cada 100.000 personas la semana pasada, de acuerdo con el Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Más de 32.000 personas han fallecido a causa del virus en España, según el Ministerio de Salud. Se cree que la cifra real de muertos es mucho mayor debido a la falta de pruebas durante las primeras semanas de la pandemia.
Wilson informó desde Barcelona.
AP