El régimen y sus operadores del G2 Cubano son especialistas en inventar temas y parodias para desinformar, distraer, confundir y desorientar a la población. Hace pocos días plantearon algo que llaman la Ley Anti bloqueo, que es todo menos una ley o instrumento jurídico. La presentó Nicolás Maduro sin tener las facultades para ello, por cuanto usurpar la silla del palacio de Miraflores no lo habilita para tales propósitos.
La espuria ANC no reconocida por los venezolanos, ni la comunidad internacional tampoco está facultada para legislar, pero adicionalmente el tratamiento de ese tema lo han hecho tan mal que hasta los integrantes de la cuestionada ANC se quejan de no haber sido informados, de desconer el contenido, del cercenamiento del debate, votos salvados y hasta pronunciamientos públicos cuestionando la forma y el fondo de eso que llamaron la Ley Anti bloqueo. En síntesis está aberrante iniciativa ni siquiera unifica a los dirigentes del régimen, estamos sin duda en presencia de un disparate.
La historia es realmente cíclica, todos los regímenes en su ocaso se parecen, los cogollos políticos en su afán por la permanencia en el poder se alejan cada vez de la realidad y las torpezas se convierten en actos recurrentes, tales como; fraudes electorales, actos arbitrarios, represión, presos, persecución, el sólo hecho de revisar el último trimestre de 1957 lo confirma.
Este modelo político es inviable e insostenible, acuden al escondrijo de derogar la Constitución sin reconocerlo porque es una derrota política y la confesión totalitaria.
Ese parapeto que llaman ley antibloqueo es un acto de fuerza para justificar el saqueo, subastar la soberanía, endeudar más al país y comprometerlo usando criterios de rica pulpería evadiendo el cumplimiento de los procedimientos normales de la vida republicana.
Maduro pretende devolver a Venezuela en el plano normativo a la época feudal, con eso el pasa de usurpador a Sr. Feudal y el país pasa a ser una mina en disputa para las bandas de mercenarios de las fuerzas ocupacionales, aún no hemos visto todo, faltan ejercicios de celestinaje prostibulario para justificar el feudalismo como fase superior de la usurpación.
Venezuela debe unificarse alrededor de sus voces más esclarecidas para condenar, rechazar y desacatar esa incalificable imposición, la hora definitiva está cada vez más cerca si cumplimos con coherencia las jugadas de rigor.
José Luis Pirela / @joseluispielar