El proceso de transición en Venezuela, no será fácil en lo político. La situación es frágil porque sus tantas aristas derivadas del clientelismo más que de cualquiera otra consideración, dan colorido a las dificultades para el éxito del proceso en cuestión. Y es que hay una disparidad lastimosa de quienes se consideran líderes de sus respectivas organizaciones, reducidas a mínimas expresiones,con lo que el país exige para continuar este proceso.
Esta situación de tan variados partidos, en nuestra sociedad fracturada políticamente constituye una seria limitante para alcanzar el estado de derecho y la reorganización social del país a través de la institucionalidad democrática. Se logrará pero de otra manera, sin la participación de tales partidos y sus lideres.
Venezuela, sigue siendo un país de fuertes contrastes.
La población, ocupa uno de los puestos menores en el Índice de Desarrollo Humano, divulgado por la ONU recientemente. También, la situación de hambre, roza más del 90% y la migración, convierte a la población total del país, en una inestable cifra tomando en cuenta que muchos quienes regresaron al inicio de la pandemia, se ha devuelto a los países que le recibieron.
Han señalado esta decisiòn, ante el devastador panorama nacional; sin servicios públicos confiables y en medio de una creciente ingobernabilidad. No es fácil, comprender este fenómeno que agrega nuevos elementos a la decadencia política nacional, como son los asaltos de los cuales son objeto, por funcionarios de la GNB y otros organismos de seguridad convertidos en verdugos para despojarlo de lo poco que llevan consigo.
Es un drama más, a los tantos que por años, llevamos como un fardo muy pesado. Y estos partidos y sus llamados líderes, sucumben ante el país, al no tener respuesta para los grandes males que nos afectan y tampoco para los menores. Lo único que les reúne, es la oxigenación que reciben del gobierno cuyas respuestas son sin duda alguna de agradecimiento, como eso de abonar dulzura, a lo favorable que sería la participación electoral del 6D. Tienen en consecuencia, una inútil vida en la convivencia social.
Se han entregado al gobierno nacional. Y sucumben tales organizaciones, sin contrapeso suficiente para oponerse a las fraudulentas elecciones. Se han entregado incondicionalmente al gobierno y este, le oxigena la supervivencia.
Estas organizaciones, varias e iguales, hicieron oposición y vistieron el ropaje de protagonismo individual más que de servicio colectivo a la comunidad. Mantuvieron de forma ficticia presencia política a través de Redes Sociales y vertieron en el saco de las incongruencias las suyas
Estas llamados grupos, partidos, fueron parasitarios. En 5 años de agenda parlamentaria, el desempeño fue casi nulo, pero el maniqueísmo político, variopinto. Sin embargo, se muestran en desventajas frente a gremios empresariales, universitarios y de Academias, y grupos estudiantiles entre otros, que lucen más sólidos para emprender los cambios exigidos en la transición que ya comenzó.
Han dado saltos y contra saltos. Han derribado la paz del pueblo e irrespetado la condición humana, y sin embargo, continúan atizando la división. Han dado una bofetada al país decente.
El tiempo transcurre, apremia y va avanzando sin ellos, con pasos agigantados hacia la transición. Atrás, quedarán estas tristes experiencias de los aprovechadores de oficio.
Eneida Valerio Rodríguez