Tras un año de la elección como primera mujer alcaldesa, Claudia López habló con El Tiempo de Colombia del reto que ha significado Bogotá. Aclaró su posición frente a los migrantes venezolanos. Dijo que no era xenófoba. “Tenemos una minoría criminal de colombianos y venezolanos atacando a una mayoría humilde de colombianos y venezolanos”, aclaró.
Afirmó que fue injusto que la atacaran. “Lo que tenga que corregir, lo hago, pero esta es la ciudad más abierta y más generosa de Colombia, que tenga casi medio millón de venezolanos, que les ha abierto las puertas, cuida a sus niños, los recibe en el sistema escolar, en el sistema hospitalario, y la nación no nos da un centavo. Todo lo hacemos con recursos de Bogotá”, explicó.
La alcaldía de Bogotá y los venezolanos
Señaló que la alcaldía de Bogotá es generosa como para que la vayan a acusar de xenofobia, “por decir una cosa que es cierta, que hay unos pocos venezolanos en criminalidad y, por lo tanto, hay que aplicarles la ley, que incluye deportarlos. Decir eso ni generaliza ni estigmatiza”.
López explicó que los venezolanos son 4% de la población de Bogotá, y sin embargo hay 20% de participación de venezolanos en robo. “En la criminalidad es más rentable ser inmigrante no identificado que colombiano. Porque si no se puede identificar, no se puede judicializar. Y eso lo entienden las mafias colombianas. Entre reclutar un colombiano y un venezolano, les sale más barato y rentable en impunidad el venezolano”, aseguró.
Recalcó que una minoría criminal, colombianos y venezolanos, le está haciendo “la vida cuadritos” a una población humilde, colombianos y venezolanos. “Tenemos que unirnos contra el crimen y usar todas las herramientas de identificación, inteligencia, judicialización y deportación. Eso no es xenofobia”, indicó.
Registro de venezolanos
La alcaldesa indicó que el registro administrativo temporal que propone Migración Colombia es muy importante para poder dar servicios pero también en materia de seguridad.
“Primero deme más policía y, segundo, si los tengo registrados, y los deporto, el criminal colombiano o venezolano que lo quería reclutar no lo va a poder hacer. Tengo que poder aplicar esa norma, no por xenofobia, sino por cuidar a las mayorías colombianas y venezolanas, especialmente de barrios populares, a las que azotan esas bandas criminales”, afirmó.
“De eso tendríamos que hablar con más serenidad. Este es un desafío muy complejo, y nos vienen dos años más difíciles porque desde el año que viene van a entrar, según Migración Colombia, un 1.200.000 venezolanos. Todos estos desafíos, lejos de solucionarse, van a crecerse. Debemos afrontar esto unidos, y con cabeza muy fría”, agregó.
El Nacional