Un habitante de la ciudad rusa de Oremburgo, ubicada cerca de la frontera con Kazajistán, encendió con un cigarrillo un líquido inflamable que llevaba en un recipiente en un ascensor. Como resultado se originó un incendio que estuvo a punto de costarle la vida, informan medios locales.
Cuando el fuego se desató de golpe, el hombre no lograba extinguirlo por mucho que intentaba. Incluso se quitó la chaqueta para tratar de apagarlo, pero se terminó desmayado durante unos segundos. Al final, cuando las puertas del elevador se abrieron, logró volver en sí y pudo salir, con sus piernas envueltas en llamas.
El hombre sufrió varias quemaduras, pero pudo vivir para contarlo.