“Muchos son los llamados, pocos los escogidos”. Con este principio bíblico queremos empezar anotando que Biden ganó el estar en la contienda pública cerca de 47 años. También ganó la Vice-Presidencia de los Estados Unidos, acompañando a Barack Obama, hace doce y ocho años, respectivamente. Además, durante esos periodos, le correspondió ejercer la Presidencia del Senado de acuerdo a la Constitución. Todo esto en uno solo.
El asunto ha tomado unas dimensiones exageradas, dados los acontecimientos, debido a que en esta elección se registraron cifras de participación tan elevadas que superaran a todas las anteriores votaciones, tales como: Truman, Kennedy, Bush padre, Bush hijo, Obama, Johnson, Eisenhower, Clinton y otros. Sin embargo, lo importante son los resultados. En este sentido, los anteriores se saben, el de Trump vs Biden estarían por verse y se darían a conocer luego de concluida la difícil travesía.
Las campañas en los Estados Unidos mantienen su normalidad física y mental. En este sentido, se habla hoy de picardías y es porque el sistema no se presta mucho a ser manejado con facilidad sino por sus valores de siempre: su forma y la rapidez de los resultados. No obstante, todo se puede dar en la “viña del Señor”. Luego, debemos esperar las expectativas y los resultados que lo legal pueda aclarar.
El voto por correo ha entorpecido un poco los rápidos resultados de las otras formas del votar. En este orden, el votante conocido tenía que manejar personalmente su voto de principio a fin. De allí el crecimiento voluminoso de los votantes. Luego, a nadie se puede culpar de esto si se tratara de métodos legítimos de toda legalidad aunque el hecho de que cada estado aplique sus propias normas de contaje, tratándose de una sola y misma elección, creemos que no es tan bueno como parece. Por otra parte, los tiempos de la validez también presentan diferencias, como dijimos, tratándose de la misma elección. Empero, las elecciones se cumplieron y los derechos a su defensa de cada actuante y sujeto están en las leyes para lo cual, igual, tienen sus tiempos y sus procesos. Otra manera de resolver estas diferencias es unificando la jefatura en un órgano federal ajeno a los estados y separando las elecciones.
Entonces, nos parece más valioso y oportuno, comentar los sucesos de antes y después para analizar que todo se puede aprender. No olvidemos que “la vida es un aprendizaje continuo” y todo es perfectible. En efecto, Trump hizo un fenomenal trabajo dentro de la economía y las finanzas de los Estados Unidos que el encontró muy golpeadas. De verdad, sus primeros cuatro anos fueron distinguidos y exitosos pero
“no solo de pan vive el hombre”. Un país es algo más que eso, lo hemos sostenido otras veces. Trump fue regañón, criticón, pleitista inmisericorde. Por otro lado, no buscó amigos ni dentro del Estado de la Unión, ni dentro de sus simpatizantes de otras naciones. De verdad, un país es cariño, universidad, iglesia, familia, música, amor, decencia, sanidad y logros. También amistad y más que todo, generosidad, amplitud y respeto. El Presidente venezolano Carlos Soublette, refiriéndose al humor y la forma en que los comediantes del país le trataban, expresó: “No importa que el pueblo se burle de su Presidente, lo valioso e importante es que el Presidente no se burle de su pueblo”.
La gente y, sobre todo, a nuestros dirigentes les gusta oír y leer los libros y los cuentos de: Stalin, Hitler, Mussolini, Mao y Fidel pero, no leen a Gandhi, quien liberó a su nación y su pueblo de las manos más poderosas en armas, dinero y hombres que significaba el Reino Unido. Lo conseguido tiene muy pocos ejemplos en el mundo cuando podemos anotar que la India tiene hoy mil doscientos cincuenta millones de almas. Conforman un pueblo humilde y modesto pero lleno de historia y cultura milenaria.
Saben los dirigentes occidentales y sureños que Gandhi no tenía ejército ni en armas, ni en hombres, ni en dinero? Solo contaba con la razón y su humildad, manejada con nobleza en inteligencia, y su profesión de abogado con la cual supo identificar la fuerza espiritual y legal de los ciudadanos que amaron su patria y respetaron a sus semejantes. Pero antes había logrado la libertad de su India querida y majestuosa. Indira Gandhi, hija de Nehrú, quien junto a Gandhi trabajó por la libertad de la India, aprendió inglés para poder discutir en su propio idioma con los ingleses y dirigió ese país, en dos mandatos, por 15 años hasta su muerte.
En cuanto a Trump, pensamos que le faltó la humildad de Gandhi y le sobró su propia soberbia. Recordamos que de aquellas peleas y discusiones entre Gonzalo Barrios y su testarudo compañero y amigo, Carlos Andrés Pérez, una vez le dijo: “Carlos Andes, sin duda, que te hace falta un poquito de ignorancia!”
Muchos dirigentes no manejan la prudencia necesaria y única para triunfar en la Presidencia de un país y por eso estallan como la pólvora. Otras cosas vienen pasando en lo electoral que necesitan control y vigilancia.
Luis Acosta