Irán está enviando su flota más grande de petroleros a Venezuela, desafiando las sanciones de Estados Unidos, para ayudar al país a sobrellevar la escasez de combustible, informó la agencia Bloomberg de acuerdo personas con conocimiento del asunto.
Parte de la flotilla de unos 10 buques iraníes también ayudarían a exportar crudo venezolano después de descargar combustible, dijeron las personas, que pidieron no ser identificadas porque la transacción no es pública.
El gobierno de Nicolás Maduro cada vez depende más de Irán como aliado, después de que Rusia y China evitaran desafiar las sanciones de Estados Unidos sobre el comercio con Venezuela.
Los últimos cargamentos de combustible iraní enviados a principios de octubre en tres buques se están agotando, lo que amenaza una escasez más pronunciada en todo el país que ya padece colas de horas, días y hasta semanas en las estaciones de servicio.
La flota actual que estaría en ruta a Venezuela es de aproximadamente el doble del tamaño de la que sorprendió por primera vez a los observadores internacionales en mayo, cruzando un mar Caribe patrullado por la Marina de los Estados Unidos, para ser recibidos por el propio Maduro a su llegada.
Varias embarcaciones que transportaron combustible a Venezuela a principios de este año, incluidos Forest, Fortune y Faxon, parecen estar regresando a la nación y apagaron su señal satelital hace al menos nueve días, según datos de seguimiento de petroleros de Bloomberg. El Zarif parecía estar transitando por el Estrecho de Ormuz, según muestran los datos.
Apagar los transpondedores es un método comúnmente utilizado por los barcos para evitar ser detectados. En otros casos de ayuda iraní a Venezuela, los nombres de los barcos fueron pintados y cambiados para ocultar el registro del barco.
Además de importar combustible, Venezuela también necesita exportar suficiente petróleo crudo para liberar espacio de almacenamiento y evitar paros en el campo, una tarea que se hizo más difícil por las sanciones contra el gobierno de Maduro.
La producción en la red de seis refinerías de Venezuela ha disminuido constantemente, y los derrames y los accidentes se han convertido en una rutina, mientras el gobierno de Maduro aumenta la presión sobre la infraestructura, en mal estado, para garantizar la producción para el consumo local.
Las sanciones han dificultado la importación de repuestos y la búsqueda de contratistas, y el gobierno de Maduro se está quedando sin efectivo.
En consecuencia, las dos naciones también están discutiendo formas para que Irán ayude a Venezuela a reacondicionar su refinería Cardón, la última planta de combustible que opera con más o menos regularidad, dijeron personas con conocimiento de la situación. En 2018, las compañías petroleras chinas también buscaron ayudar a Venezuela a arreglar sus refinerías, pero perdieron interés después de una revisión de las instalaciones, dijeron personas familiarizadas con esos planes.
No está claro si los iraníes podrían lograr lo que los chinos no lograron. Las refinerías de Venezuela fueron construidas y operadas durante décadas por las grandes petroleras estadounidenses y europeas hasta su nacionalización en la década de 1970. Incluso entonces, PDVSA confió en la tecnología y las piezas estadounidenses para el mantenimiento y las ampliaciones. Esto significa que los iraníes deberán fabricar ciertas piezas desde cero para realizar reparaciones clave. Algunas correcciones hechas en junio y julio aún no han tenido éxito y cuatro contratistas locales todavía están realizando reparaciones, dijo una de las personas.
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