Un portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS) le aseguró a The Sun que esta ITS puede volverse aún más resistente a los antibióticos debido a que su uso excesivo durante la pandemia está alimentando su mutación. Además, añadió el experto, la falta de servicios de ITS también podría impulsando el aumento de la supergonorrea.
En los primeros meses del año, cuando comenzó a propagarse aceleradamente el virus SARS-CoV-2, que produce el Covid-19, varios líderes mundiales como Donald Trump impulsaron el uso de fármacos como la azitromicina o la hidroxicloroquina para tratar esta enfermedad.
Aún sin estudios científicos que respaldarán su implementación lo siguieron empleando. Tras meses de estudio, el Panel de Pautas de Tratamiento de Covid-19 de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), ahora es enfático en señalar que “no es recomendable usar cloroquina o hidroxicloroquina con o sin azitromicina para el tratamiento de Covid-19 en pacientes hospitalizados o no hospitalizados”.
Pero, ¿cuál ha sido el efecto de utilizar de manera continúa estos antibióticos?. Para los expertos, la principal consecuencia del uso indiscriminado de antibióticos en enfermedades infecciosas es que puede estimular el crecimiento de organismos resistentes a ellos. En el caso de la azitromicina, como es considerado un antibiótico de “amplio espectro” por ser capaz de matar o inactivar una amplia gama de bacterias diferentes, al utilizarse de manera excesiva corre el riesgo de eliminar más bacterias de las necesarias y versiones más débiles de un patógeno como N. gonorrhoeae -que produce la gonorrea- dejando a las otras versiones más fuertes y resistentes.
Un panorama que preocupa a los expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Un portavoz de la entidad le aseguró a The Sun que este uso excesivo de antibióticos sumado a la falla de servicios de ITS por la pandemia podría estar impulsando el aumento de casos de supergonorrea en el mundo. “El uso excesivo de antibióticos en la comunidad puede impulsar la aparición de resistencia a los antimicrobianos en la gonorrea. La azitromicina, un antibiótico común para tratar infecciones respiratorias, se usó para el tratamiento de Covid-19 al principio de la epidemia”, añadió el experto.
Para la OMS “esta situación puede impulsar la aparición de resistencia en la gonorrea, incluida la superbacteria de la gonorrea (supergonorrea) o la gonorrea con un alto nivel de resistencia a los antibióticos actuales recomendados para tratarla (…) además, las cepas resistentes en la gonorrea continúan siendo un desafío crítico para los esfuerzos de prevención y control de las ITS”. Para evitar que se sigan empleando estos medicamentos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) modificaron las pautas para el tratamiento de la gonorrea no complicada. En vez de recomendar el uso de azitromicina y ceftriaxona, los CDC ahora aseguran que solo una inyección de 500 mg de ceftriaxona es necesaria para su tratamiento.
El Espectador