El 14 de noviembre los hijos del astro argentino Diego Maradona, mantuvieron una conversación vía WhatsApp, donde intentaban ponerse de acuerdo para encontrar el medico adecuado para su padre, tras ser operado días antes.
“Como conclusión, creo que deberíamos pensar en conseguir un clínico de cabecera”, escribió en un grupo de WhatsApp Dalma Maradona a las 11:40 am, cuando su padre, Diego Maradona. Sus interlocutores eran su hermana Gianinna, su hermano italiano Diego y la psiquiatra Agustina Cosachov, que atendió al astro de fútbol mundial en el último tiempo.
Poco después de ese mensaje de WhatsApp de Dalma, Diego Junior preguntó si el nuevo médico “caminará con Leopoldo Luque”, el neurocirujano que atendía a Maradona desde hacía cuatro años y que el 3 de noviembre había operado al astro. La primogénita de Maradona respondió: “Leopoldo es neurocirujano y de lo que estamos hablando es de un médico clínico de cabecera”.
El tema principal de la conversación fue el cuidado de Maradona en la convalecencia tras la operación y en vistas a los problemas de base que complicaban su salud, con qué y cuántos recursos hacerlos y, especialmente, quién estaría profesionalmente a la cabeza de esos esfuerzos. La sospecha de que pudo haber habido una negligencia en ese cuidado especial que Maradona requería (dados su cuadro coyuntural y sus antecedentes) es, justamente, el eje de la investigación por presunto homicidio culposo que está a cargo de la fiscal de Benavídez Laura Capra y de los fiscales generales adjuntos de San Isidro, Patricio Ferrari y Cosme Iribarren.
El Nacional