Estudios del Fondo de Población de Naciones Unidas revelan que el embarazo precoz genera pobreza y pérdidas económicas en los países donde hay más casos.
Venezuela duplica el promedio de embarazos adolescentes en América, según el Fondo de Población de Naciones Unidas. El alto costo de los anticonceptivos y la precaria educación sexual son las principales causas, de acuerdo con la ONU.
Dayana tiene 16 años y, en apenas dos meses, se convertirá en madre. ”Mi papá lo tomó fuerte y mi mamá también”, comenta.
Aún no sabe qué retos le deparan, ni a qué se dedicará una vez dé a luz. «Me han dicho que es difícil tener un niño, que tengo que trabajar para comprar sus cosas, que todo está caro”, agrega.
En la zona rural donde vive, es común ver a jóvenes de su edad embarazadas, que se suman a las estadísticas de la ONU, que sitúan a Venezuela como el país con mayor número de embarazos adolescentes en Sudamérica.
“Venezuela tiene aproximadamente un 50 por ciento de índice por encima del promedio de la región. La región tiene un promedio de 62 embarazos por cada mil adolescentes y Venezuela está por el orden de los 95 embarazos de adolescentes de entre 15 y 19 años”, explica Jorge González Caro, representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas en Venezuela.
A Dayana le sobran las dudas y ya ha tenido que asumir las consecuencias de quedar en estado. «Ahorita no estoy estudiando, tuve que dejarlo y estoy pensando que tengo que ir a trabajar”, explica.
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Estudios del Fondo de Población de Naciones Unidas revelan que el embarazo precoz genera pobreza y pérdidas económicas en los países donde hay más casos. Asimismo, una madre adolescente tiene más riesgos de complicaciones durante el parto y de traer al mundo a un niño de bajo peso.
González explica que el embarazo adolescente es “multicausal” y sobre las consecuencias asegura que: ”un embarazo adolescente, más allá de ser un problema para una adolescente que se embarazó, termina representando un ancla para el desarrollo del país, porque no estás hablando de una o dos, sino del 25 por ciento de los partos que se producen en el país”.
“Son mujeres que terminan haciendo trabajos precarios, porque se retiraron de los estudios cuando deberían estar en proceso de formación”, agrega.
El representante de la organización explica que durante la pandemia, han apoyado al Ministerio de Salud en la distribución casa por casa de anticonceptivos y mantener en lo posible las consulta de planificación familiar.
Como Dayana, muchos adolescentes en Venezuela han dejado de usar métodos de protección, porque, ni ellos ni sus padres, tienen cómo pagarlos. En el país, una caja de píldoras anticonceptivas cuesta 12 dólares y un paquete de 3 condones, alrededor de 3 dólares, montos que superan el salario mínimo mensual de los trabajadores.
Voz de América